martes, 14 de febrero de 2017

Dulces tardes poéticas: Joan Margarit


El pasado 9 de febrero tuvimos la suerte de asistir a una nueva sesión de “Las dulces tardes poéticas” de “La dulce alianza”. En este mes de febrero disfrutamos de la palabra de Joan Margarit, acompañado por Mª Jesús García, soprano que nos ofreció canciones de Schumann, acompañada al piano por Mª Luisa. Esta combinación nos permitió percibir como la palabra nos puede cautivar tanto escrita como en voz, fue un contrapunto interesante, de la voz a la escritura.
Joan Margarit, que además de poeta es arquitecto, congregó en los sótanos de la pastelería a gran número de personas, en una de las sesiones más concurridas. Nacido en 1938 inicia su andadura poética en castellano, para posteriormente pasar al catalán, desde el que traduce las obras al castellano, pero con entidad propia. Así el título en catalán: “Des d’on estimar” se convierte en “Amar es dónde” o “Els primers freds” en “El primer frio”. Nos habla con claridad de la lengua que es desde el nacimiento y la lengua que es de cultura y asevera categórico: “La lengua que nada más lo es de cultura no es determinante”.

Con relación a su trayectoria poética escribe: No renuncio a nada de lo que tengo y que he ido adquiriendo durante mi viaje poético”.

En 1954 se traslada con su familia a Las Islas Canarias y a partir de 1956, alterna con Barcelona donde continúa sus estudios, de esta relación con otra tierra, hace esta interesante reflexión: “Cuando llegas a una tierra, a una ciudad que no es la tuya y te acabas ganando la vida y progresando, te produce una alegría inmensa el intentar integrarte, de ser uno más entre sus gentes …. la importancia de penetrar lo más profundamente posible en la lengua y la cultura del pueblo que te acoge”.
Afirma con contundencia que la poesía es la más exacta de las letras, como las matemáticas son las más exactas de las ciencias. Así continúa estableciendo que tenemos un poema cuando: “Si en un poema se saca una sola palabra, o se cambia por otra y no pasa nada, es que no era un poema”. Añadiendo: “Un poema ha de decir justo lo que necesita su lector o lectora”.
Fue una dulce y bonita tarde poética, en la admiración a un hombre que a sus 78 años transmite tanta vida y energía y que se movía por el imaginado estrado como un emérito profesor.






LOS OJOS DEL RETROVISOR

Los dos, Joana, nos acostumbramos
a que esa lentitud para bajar
del coche con muletas, desafíe
los abstractos insultos de los cláxones.
Tu compañía es mi serenidad:
la sonrisa de un cuerpo tan lejano
de lo que siempre se llamó belleza,
la penosa belleza, tan distante.
Elegí en su lugar la seducción
de la ternura iluminando el hueco
que la razón dejo en tu cara.
Cuando me miro en el retrovisor
veo unos ojos que no he visto nunca,
pues brillan en ellos el amor que dejan
tantas miradas, y la luz, la sombra
de lo que he visto y la paz que trae
tu lentitud, que está dentro de mí.
Tan grande es la riqueza
que no parecen míos los ojos del espejo

6 comentarios:

  1. Caramba Alfonso, así que tuvisteis el honor de escuchar a Juan Margarit!
    Mira por donde, le conozco desde hace muchos años y le entrevisté dos veces, cuando trabajava en la radio de mi pueblo...
    Ademàs somos casi vecinos, pues el vive en la calle al lado de la mia; a menudo le encuentro por la calle dando un paseo. Es un gran poeta.
    No se si sabes que la Joana era su hija, que sufria una discapacidad y a la que dedicó el libro que lleva su nombre...
    Buenas noches, Alfonso.

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  2. Gracias M. Roser. Fue una velada encantadora, él tiene un atractivo en la forma de hablarte y recitar sus poemas, con mucho sentimiento. Sí, explico un poco de la Joana y de su familia. El fin de semana quiero hacer el post en Toparesileslletres.
    Bona nit M. Roser

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  3. Su paso ha sido de los que dejan huella... por eso es un gran poeta

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    Respuestas
    1. Gracias Diego, sí, fue una gran tarde presidida por la palabra. Además admiré con la plenitud que vivía su poesía, con la vehemencia que ponía en cada gesto al recitar. Fue una suerte estar allí.

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  4. Extraordinario! Ha sido no solo arquitecto sino también profesor. Yo conozco a un alumno suyo. Aprendia Estructuras. Magnífico. Yo diria de Margarit que entre muchas cosas es un anti-romántico, pero yo no entiendo, solo se , o eso creo, que es el mejor en la actualidad. A Joana lo leí hace años. Creo amigo Alfonso que no podria hacerlo de nuevo.
    Cuesta -emocionalmente- porque es agrio, amargo, duro, y uno no siempre quiere escuchar a alguien así, pero es. Siendo me sirve para aprender de la vida, a través de otros.
    “La casa del balcón posee aún
    luz de conversaciones y refugio,
    y cuando de los dos quede uno solo,
    tendrá por compañía los recuerdos,
    la hiedra y el ciprés hasta encontrarnos
    en las ciudades de este sueño”


    Fragmento del poema “Tantas ciudades a las que debimos haber ido”)


    Un abrazo, Alfonso.

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    Respuestas
    1. Gracias Josep. En la forma que se dirigía al público, en la forma de moverse se le notaba su pasado académico, maestros y profesores tienen unos tics cuando hablan a un auditorio, propios de sus años de docencia.
      Si, comentó varias veces las circunstancias de Joana y recitó varias poesías, en su momento tuvo que ser muy duro, se le notaba que había llegado a un entendimiento total.
      Fue una gran tarde de poesía.
      Un abrazo

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