lunes, 30 de diciembre de 2013

ILUSIÓN

Acabo de regresar a mi casa lleno de felicidad e ilusión.
Esta tarde (domingo 29 de diciembre), acabo de presentar ante mis vecinos y amigos un libro de relatos velezanos, entre ellos uno propio: “Retorno al origen”.






Se han vendido los ejemplares que, provisionalmente, la editorial había puesto a mi disposición, casi todos los he tenido que firmar y tal como lo iba haciendo, por mi cuerpo ha transitado una corriente de emociones y sentimientos que han hecho que la alegría y el júbilo me desborden, embriagándome de felicidad.
Imagino que este momento es especial para todo aquel  o aquella que ve impresa una de sus historias, más largas o más cortas, en un libro.
La satisfacción de ver cumplidos unos de tus mayores anhelos, una de las grandes pasiones, te traspasan. Sentir las miradas emocionadas de los que te quieren, notar su admiración espontánea te emociona. Aquel  o aquella que sin tú esperarlo, al que no visualizas demasiado, te expresa su simpatía, te comenta que sigue tu blog, que te alaba lo que haces, provoca que tu ego más íntimo se crezca y olvides los momentos sufridos tratando de juntar las palabras, cuidando de transmitir las emociones que te dan vida.
Siempre recordaré este día de entusiasmo y, en mitad de la tarde, el recuerdo de Rosario que, día a día, me fue contagiando su sensibilidad, que ha sido la estrella, la musa que ha guiado mi pluma a través de las inmaculadas páginas para así poder crear historias de palabras y fantasías de ilusiones.





                Ha sido un fin de semana en el que mi corazón ha explosionado de cariño, amor y dicha. Todo empezó el sábado, mi hijo Adrián, intervino con el Coro de la Universidad de Almería  en el concierto de la Orquesta Ciudad de Almería en él interpretaban “El Mesías” de Haendel. Compartir su ilusión, la satisfacción de que todo saliera muy bien, recordar como su madre, desde muy pequeño, le fue inculcando el amor por la música, me hizo ser agraciado.

Os pido el favor de vuestra indulgencia ante esta entrada de autocomplacencia. Pero, entenderme, mis venerados lectores, mi excitación os tenía que hacer partícipes de esta mi felicidad.

jueves, 26 de diciembre de 2013

EN NAVIDAD



Ya estamos en Navidad, en mis recuerdos va asociada a encuentros, a días de compartir amistades, de entablar nuevos conocimientos, de proyectar inéditas ilusiones, de renovar promesas y estrechar los lazos que te unen a los demás.
            Aunque parece ser que hoy en día, estas fiestas se limitan a comprar regalos, a diversiones desenfrenadas y a que los que ya lo tienen todo reciban más regalos y atenciones. Una loca carrera de consumismo para los que se lo pueden permitir. Y para otros muchos seres invisibles, soledad y frialdad, de los que a nadie tienen ni nada tienen.





            En este, mi pequeño pueblo, todavía se mantiene, aunque menos, ese espíritu comunitario de antaño. La bandeja de mantecados y el licor café, preparados en la mesa, para todo el que nos visita, amigo o circunstancial, las puertas abiertas para recibirlos con alegría y la sensación de una gran familia, perdida en estos aires de la altiplanicie, pero unida en los sentimientos.
            La reunión de todos en el centro común para bailar parrandas, conversar de campos, siembras, lluvias y fríos. Los jóvenes planeando encuentros en casas, cocheras o cortijos, donde pasar la velada entre bromas, juegos de siempre y risas, muchas risas, que nos acercan la lozanía y vitalidad de su edad. Infantes proyectando sueños de Reyes Magos y visitando la tienda del pueblo a comprobar si el juguete que les ilusiona se encuentra entre sus estanterías.
            Todos participando de un domicilio global, en el cual integrados, celebramos y compartimos las historias de cada topareño, disfrutando de los presentes y recordando, añorando los ausentes.





            Mientras desde mi atalaya particular, observo el ir y venir de estas buenas gentes, el recuerdo de Rosario se me hace más vivo y necesario. En la Navidad de Topares nos conocimos, por estas fechas nacía nuestro hijo, siendo estos días, siempre, momentos de dicha y felicidad. En su vida, su razón más vital para la existencia, eran los amigos y en estas fechas se colmaba de emociones y sentimientos. Participar con ellos de inquietudes, ilusiones, fidelidad y recibir su cariño y afecto, le hacían feliz y dichosa, júbilo que les tornaba con su optimismo, su alegría y su amor.
            Este blog me mantiene más unido a ella, provoca que su presencia en mí sea diáfana, viva. Y VOSOTROS-VOSOTRAS, que pacientemente, amorosamente me leéis, me regaláis vuestros comentarios; me ayudáis a seguir, a que no se marchiten mis ilusiones y a que cada día pueda renovar mis esperanzas.
            Por eso desde estas líneas os deseo que disfrutéis de unas fiestas cargadas de amor, de pasiones, de sueños quiméricos, de afectos y sonrisas- Que el año que oteamos ya cercano, sea el de vuestros sueños, el de las realidades de esas utopías que nos hemos ido fabricando a lo largos de los días pasados, en el  transcurrir  de toda nuestra vida.
            Muchas gracias a todos, y quiero compartir con vosotros un gran abrazo de felicidad, de proyectos solidarios y realidades enriquecedoras.

            Besos y abrazos a doquier








Fotos: Antonio Pina

lunes, 9 de diciembre de 2013

fantasías

Bruno estaba sentado en la mesa de una taberna, hacía tres años que había perdido a su pareja y no lograba desprenderse de la añoranza.
                Mientras saboreaba su cerveza entra  un grupo, descubre entre ellos a una mujer que atrae su intención. Es de edad incierta pero definida, más cercana de los 50 que alejada, de todas maneras rondando esa plenitud misteriosa.
                Cubrían sus piernas unas medias de malla, negras con grises calados, dejando intuir una piel blanca sin aclararla. Viste una falda corta, verde hoja  cuadriculada con líneas negras.
                Bruno desliza su mirada de cuando en cuando hacia ella, está sentada en un taburete alto frente a él. Su imaginación vuela, el cruce de sus piernas le acerca su piel y siente la necesidad de volver a disfrutar, saborear del suave contacto de dos epidermis que se rozan, se buscan y se adhieren hasta sentirse una sola.
                Sus manos, en su mente, recorren cada uno de sus poros, para descubrir  todos sus rincones, mientras sus miradas se desean. En su quimera aspira sus aromas, escucha sus susurros, sus silencios  para abrir su interior. Localizar su espíritu para saber de su inteligencia, de su amor, de su pasión.

                La recia voz del camarero anunciándole la cuenta le borra la fantasía. Perturbado, alcanza la calle, donde la fría brisa de la mañana le deja  la pregunta de si habría merecido una sola mirada de ella.














Fotografía de internet, se retirará a petición




viernes, 6 de diciembre de 2013

MANDELA



Ha muerto Nelson Mandela y, como siempre en su vida, con el silencio de los humildes. Quizás, sea el último gobernante admirado y respetado en todo el mundo. Su vida ha sido un testimonio permanente de trabajo por los demás, de buscar el encuentro entre las personas, de escuchar al otro, de intentar entender los argumentos de los adversarios y, siempre, alejado del enriquecimiento particular, del engreimiento personal.
                A lo largo de su vida nos ha ido dejando detalles de su gran humanidad. Padeciendo 27 años de cárcel por defender la igualdad entre las personas, por su lucha en defensa de los derechos humanos, nos dice que para su propia libertad es fundamental no llenarse de resentimiento. Su libertad no es completa sin la libertad del otro. Confiesa que en la cárcel en vez de gastar su energía en odiar a los que le tenían encerrado, la gastó en intentar comprenderlos, en entender sus vidas, en asimilar, también, sus costumbres, como única manera de vencer todos juntos. El odio, el rencor, puede llevarnos a que haya un vencedor, pero no es eso de lo que se trata, la solución es que seamos todos juntos vencedores, única vía para conseguir una sociedad de convivencia, más justa.
                En la película "Invictus" hay una escena que resume su hacer. Le pide al capitán de los 'Springboks', que le haga una visita. En ella, él, presidente de la república, le sirve el té y le dice que lo admira por la dificultad e importancia de su trabajo. Su propia labor no es nada comparada con la del deportista y lo importante de su victoria en el campeonato para conseguir la vida en paz. Siempre resaltando la labor de los demás y subordinando la propia a la importancia de la ayuda de todos.
                Su lado humano, invariablemente, se tratase de quién se tratase, interesándose por conocer a los que le rodeaban, incluso a los que habían sido sus perseguidores,, acercarse a ellos, saber de las cuestiones que les preocupaban, preocuparse por sus familias y demostrarles que sus problemas también los compartía.
                Cuando observó que su labor estaba hecha, se retiró del poder, sin intentar aprovechar su fama, su carisma para seguir en la cima. Hecho que corrobra su grandeza, cuando vemos tantos jefes de estado y mandatarios que se aferran a su trono hasta que la muerte los cesa, ansiosos del vasallaje continuo de los que le rodean.
                Por todos se ha destacado su sonrisa permanente, pero no es una sonrisa cualquiera. Es la de una persona sin dudas, satisfecha de aquello que hace, pues continuamente lo intenta hacer desde la honestidad. Con el derecho, como todos, a equivocarse, pero persistentemente con la intención de sumar, de unir esfuerzos para construir la paz.
                Nos dejó también una gran lección, al demostrarnos que con la comprensión, el respeto, la sencillez de su humanidad se pueden derribar murallas, se pueden salvar dificultades, se puede unir a los pueblos. No es necesaria la fuerza, la violencia para conseguir la paz. Con solo la fuerza de nuestros corazones conseguimos la auténtica victoria, pues es la que nos une y nos hace hermanos.

Te recordaremos siempre.







Fotografias de internet, se retirarán a petición

martes, 26 de noviembre de 2013

Las leyes educativas

Llevo los suficientes años en la enseñanza, para haber conocido y a veces sufrido, demasiadas leyes de educación.
En el tiempo considero  que solo hay dos auténticas normativas: La de Villar Palasí de 1971 y la LOGSE. Las que se han hecho posteriormente han ido más encaminadas a deshacer la anterior, cuando no a la arrogancia del ministro de turno para imponer su legislación. Así hasta acabar en la actual, la más descarada de todas. Han proyectado una ordenanza ideológica, o para pagar las ayudas recibidas en la campaña electoral. Por ningún lado veo mayor preocupación por el trabajo diario en las aulas. Tengo la sensación que retornamos a tiempos anteriores a 1971.
Esta, de 1971, fue una norma que supuso un espaldarazo, sobre todo, a la enseñanza infantil y primaria. Las escuelas se convirtieron en eje fundamental de todo el sistema educativo. Elevó el prestigio de los maestros y en la escuela se vivieron años de entusiasmo y dedicación. Como ha venido ocurriendo con las sucesivas, quizás, no resolvía adecuadamente la enseñanza media y profesional, pero le daba una estructura a todo el sistema.
La LOGSE ha sido el intento más serio de una gran ley de educación. Adolece de no resolver acertadamente la enseñanza media, pero introduce algo fundamental, la individualidad, en muchos casos, de la enseñanza. Cada alumno es un individuo con unas características concretas y, a veces, diferenciadas de las de los demás. Pero surge con un gran problema, para cualquier disposición es fundamental que determine los recursos necesarios para aplicarla y con qué vamos a financiar esos recursos. Por esa falta de previsión en ningún momento se aplicó por encima del 50%. Todo quedaba en palabras bonitas pero alejadas de la realidad. De los puntos más criticados estaban las repeticiones de curso, pero nos tenemos que preguntar: ¿repetir  para qué? ¿Para hacer lo mismo que el año anterior? En primaria se fundamentaba en que en los primeros cursos se determinaba que ayuda individualizada necesitaba el alumno con deficiencias y al final de la etapa se evaluaba la conveniencia de que estuviera un año más para completar su formación básica, reitero que todo se basaba en un trabajo específico para él. Así la repetición no era un castigo o sanción, sino que obedecía al ritmo educativo de cada alumno.  Lo importante era  buscar la forma de salvar las dificultades que el alumno presentaba. Pero  para aplicar la solución hay que disponer de unos recursos humanos y materiales que en ningún momento la ley se encargó de proveer.
Las posteriores, ya digo, solo buscan deshacer la anterior. En cualquier ley educativa se tienen  que atender unas cuestiones y unas necesidades:
1.       Si queremos una gran norma no puede ser que se apruebe por la mayoría del partido que gobierna. Es necesaria una norma que  haga necesario la intervención de varios partidos para su sanción. Esto nos permitirá disponer de un organigrama educativo responsable y duradero, ajena a las ideas geniales del ministro de turno.
2.       Tiene que fijar un sistema educativo permanente desde la educación infantil hasta la universidad, con la aportación de los profesionales  y hecha con la máxima responsabilidad para que sea fuerte y bien cimentada.
3.       Tiene que determinar los recursos necesarios para su desarrollo, recursos y de dónde los sacamos.
4.       Tiene que devolver a los maestros y profesores la autoestima necesario para hacerles sentir la importancia de su trabajo con el alumnado. Liberándolos de papeles inútiles y actuaciones estériles.
5.       Tiene que establecer en qué forma y manera  participan y colaboran los distintos sectores que intervienen en la comunidad educativa. Hablo de participación, no de intervención. Los maestros y profesores no pueden estar más pendientes de contentar a administración y sectores que del trabajo con el alumnado.
6.       Debe crear un marco adecuado para una enseñanza de calidad. Disponer lo necesario para que los centros se conviertan en lugares de convivencia, de un clima cálido que permita trabajar, profesorado y alumnado, con ilusión y entusiasmo.
7.       Disponer las estructuras necesarias para que cada Comunidad y centro establezca su propio proyecto educativo.
Finalmente podemos crear todas las leyes que queramos, serán inútiles si la enseñanza, la cultura no tiene una proyección social. Nada tiene valor si resulta que se machaca la cultura, si el respeto, la solidaridad, la honestidad son valores ajenos a la vida diaria. He visto actuaciones de políticos, sesiones del Parlamento que me han hecho preguntarme: ¿Y estos señores son los encargados de hacer las leyes educativas? ¿Cuántos científicos, filósofos,  escritores, profesores son tenidos como modelos en la sociedad? ¿Encuentra el alumnado, en su entorno, algún motivo para esforzarse más, para profundizar en el saber, para amar el estudio, para coger un libro…? Si hacemos de la escuela una burbuja ajena al mundo en que vivimos, lleno de corrupción, de arribismo, de aprovechados. ¿Qué ejemplos le ofrecemos? ¿En qué espejo se pueden mirar para amar la escuela? ¿Valoramos en nuestra sociedad el conocimiento, si acaso miremos hacia los políticos?

¿Se puede crear en nuestros centros de enseñanza el clima de
trabajo que nos ofrecen estas imágenes de una escuela de hace muchos años









PRIMER ENCUENTRO



Era una profunda noche de invierno. Habían llegado ese mismo día. Ella, desde cálidas tierras. Él,  desde el frío húmedo del norte. Ella, buscando la calidez humana de los pequeños pueblos. Él,  en su continuo retorno a los orígenes.
          Ella, enfundada en su chaquetón burdeos, cubriendo un  jersey rosa, siempre rosa, y su falda negra de lienzo. Él, acurrucado en su anorak crema, vaqueros y cualquier suéter cogido al azar. Los dos, botas de caña, ella negras, las de él, marrones.
           Unos amigos los presentan. Inmutables, un leve movimiento de cabeza sella el momento. Las miradas se cruzan y en ese instante surge la necesidad de conocer que encaran esos ojos.
           Nada dijo él, solo se dio media vuelta y se encaminó al bar. Su cabeza se lleno de conversaciones en la noche, de momentos, de amistad, de ilusiones,  de un mañana que comenzaba…



sábado, 9 de noviembre de 2013

MI BIBLIOTECA



No está siendo un otoño especialmente brillante, a la vez que las hojas iban cubriendo el suelo, mi cuerpo se llenaba de tristeza y melancolía. La sombra de la soledad se iba alargando hasta dejar sin brillo el sol de la ilusión. La añoranza de mi amada me contrae hasta hacerme pequeño, arrinconarme y acobardarme. Las imágenes que ocupan mi memoria me hacen quedar desolado, aniquilando el espíritu de mi esperanza.
Era necesario, me hacía falta, que me anegara el rio de la imaginación. Que renaciera en mí el deseo de avanzar. La escritura me estaba negada. Los amigos se tenían que sentir desilusionados, pues ni contestaba sus correos. Necesitaba encontrar aquello que me motivara y, como en otras muchas ocasiones, los libros acudieron a mi salvación.
            Siempre me han encantado las bibliotecas, observar todos los libros catalogados, colocados en su sitio correspondiente, buscar un libro, un autor, ir directo al lugar donde encontrarlo.
            Empecé hace muchos años, cuando todavía se hacía todo el proceso a mano. Crear un libro de registro, una ficha para el título, otra para el autor. Después llegó a mis manos el programa ABIES y me puse a pasarlo todo al ordenador. Pero hacía bastantes años que no había actualizado nada. Así tenía muchos sin catalogar, y cada libro se había colocado donde le dio la gana, o quizás, fue mi desorden reinante el que iba dejando libros en cualquier sitio.




            Así, lleno de ilusión me puse a catalogar, colocar tejuelos,  códigos de barras y ordenar. Han sido días plenos de felicidad y, ahora, sentado en la mesa redonda compongo esta entrada. Todo esperanzado, alzando la vista a ratos, para deleitarme con las estanterías repletas, todos luciendo su pegatina blanca en el lomo. Arrellanado en este sillón de mimbre, percibiendo el silencio de la noche y renacido en el optimismo de la ilusión.








            Es mi biblioteca más personal, aún queda otra parte más general en otra estancia, pero en ésta, rodeado de mis recuerdos, acunado entre sus paredes, con la presencia etérea de mi amada y la influencia positiva y permanente de mi hijo, mi corazón se abre al mañana. La cálida luz me trae un amanecer brillante, que me lanza al trabajo, a sentir y expresar mis emociones, a desear la llegada de un nuevo día lleno de sueños y expectativas.








            Seguro que entre todos estos libros hay algunos que no me han dicho casi nada.  Incluso, si esto se puede decir de un libro, los hay que son mediocres. Pero todos juntos me han moldeado literariamente, han contribuido, y mucho, a mi formación personal. Además, siempre hay que leer muchos libros corrientes para apreciar aquellos que te deslumbran, te traspasan y transportan al mundo del Parnaso. Nunca me he arrepentido de leer un libro, nunca he destruido ni me he desprendido voluntariamente de uno. Todos juntos me han llevado hasta aquí y a todos ellos, mejores y peores, les expreso mi agradecimiento y admiración.



         

   Ahora, aquí quieto, rodeado de mis ángeles guardianes el tiempo se detiene. Mis células se activan y me siento dichoso, cogeré cualquiera de ellos, buscaré una cita, una descripción, un pensamiento y me iré a dormir relamiéndome de la belleza de las palabras.

            Amigos y amigas, lectores, gracias y sabed que contáis con mi atención. Buenas noches

martes, 24 de septiembre de 2013

EN MÍ, PRESENCIA



El gran poeta Antonio Machado nace en Sevilla el 29 de mayo de 1874. Transcurre su primera infancia en esta ciudad, trasladándose con su familia a Madrid en 1883.
                Asiste a la Institución Libre de Enseñanza donde se encuentra satisfecho con los principios de escuela adaptada al medio ambiente. No es, sin embargo, un estudiante brillante. Eso sí, sus biógrafos señalan que asistió diariamente,  durante veinte años,  a la Biblioteca Nacional.
Consigue,  por oposición, una plaza de profesor de francés, siendo destinado a Soria, donde llega por primera vez en la primavera de 1907, tras la breve  visita torna a Madrid en espera del comienzo del nuevo curso.
Vuelve  en septiembre para incorporarse definitivamente a su puesto de trabajo. Conoce a Leonor, sobrina del dueño de la pensión donde se aloja.

Con su plena luz amoratada
Sobre la plomiza sierra de Santana
En una tarde de septiembre de 1907,
Se abre en mi recuerdo la pequeña
Y alta Soria.
Cuando la conoce, Leonor tiene solo 13 años:
Menuda y trigueña, de alta frente
Y de ojos oscuros
¡Oh, celebrad este domingo claro,
madrecitas en flor, vuestras entrañas nuevas!




Se casan el 30 de julio de 1909, ella con 15 años, él con 34. Ha sido un prendimiento de su juventud, de su dulzura. Así viven felices y dichosos en la Soria que tanto significaría en la obra del autor.
Consigue una beca para perfeccionar su francés en París. Allí, el 13 de julio de 1911, Leonor cae enferma de hemóptisis,  por lo que tienen que regresar buscando los aires limpios de la serranía soriana.
El poeta cae en la desesperación, incluso trata de contagiarse de la enfermedad para no tener que sobrevivirla. Coincide con la publicación de su libro: “Campos de Castilla” que él le dedica: “A mi Leonorcita del alma”. Muere el 1 de agosto de 1912, con tan solo 18 años.
Una noche de verano
-estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa-
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
-ni siquiera me miró-
con unos dedos muy finos
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón.
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!
Su recuerdo se apropia de su espíritu, a un amigo le escribe:
“Si la felicidad es algo posible y real –lo que a veces pienso- yo la identificaría mentalmente con los años de mi vida en Soria y con el amor de mi mujer, a quien, como V. sabe, no me he resignado a perder pues su recuerdo constituye el  fondo más sólido de mi espíritu”.
Soñé que tú  me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas! …
Vive, esperanza, ¡Quién sabe
lo que se traga la tierra!
Vive en su presencia pero también se rebela ante la muerte cruel de su amada, ¡Tan joven, tan dichosa!
Señor ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya están rotos mi corazón y el mar.
“¿Por qué los hombres, en vez de matarse los unos a los otros, y de odiarse, no hemos de estudiar la manera de conservar la vida a los jóvenes? ¿Somos demasiado torpes o demasiado pequeños?-
Termino esta introducción con una carta que escribe a Unamuno, la que he leído, estos últimos años, una y otra vez:
“La muerte de mi mujer dejó mi espíritu desgarrado. Mi mujer era una persona angelical segada por la muerte cruelmente. Yo tenía adoración por ella; pero sobre el amor está la piedad. Yo hubiera querido mil veces morirme a verla morir, hubiera dado mil vidas por la suya. No creo que haya nada extraordinario en este sentimiento mio. Algo inmortal  hay en nosotros que quisiera morir con lo que muere. (…) El  golpe fue terrible y no creo haberme repuesto. Mientras luché a su lado contra lo irremediable me sostenía mi conciencia de sufrir mucho más que ella, pues ella, al fin, no pensó nunca en morirse y su enfermedad no era dolorosa. En fin, hoy vive en mí más que nunca y algunas veces creo firmemente que la he de recobrar. Paciencia y humildad.”


              

  Hoy, 24 de septiembre, hace dos años de que Rosario se marchó, también calladamente, llena de vida e ilusión. La muerte no solo se la llevó, también destrozó nuestra felicidad, nuestro sueño. Como sin quererlo, silenciosa,  la muerte, pasó a nuestro lado y rompió ese lazo que nos unía, esa magia que nos envolvía, ese amor que nos desbordaba.
                Y como dice Machado, hoy vive en mí más que nunca y su recuerdo, su presencia crece día a día, hora a hora y, también creo, pienso, anhelo que en cualquier momento la sienta entrar por la puerta, o bajar las escaleras, o sentir su dulce voz llamándome, despertándome de este sueño atroz.

24 de septiembre de 2013.

jueves, 8 de agosto de 2013

7 DE AGOSTO

                Año tras año cuando llega el 7 de agosto se acumulan los recuerdos, se reviven en mí ser sensaciones, nostalgias de una vida espléndida compartida con mi amada.

Camino de la iglesia

La alegría, la felicidad inundaba Almería

                Era un 7 de agosto de 1982 cuando Rosario y yo manifestamos delante de amigos y familiares nuestro deseo y propósito de compartir una vida de ilusiones, de amor, de fantasías y esperanzas.
                Yo trabajaba en Balsareny (Barcelona) y volvía a Almería para establecer una vida juntos. La ceremonia tenía que ser un manifiesto de niños traviesos, desprendida de toda pomposidad y alejada de cualquier signo de seriedad. Todo se tenía que desarrollar bajo el prisma de un juego de jóvenes inocentes, limpios y puros en los sentimientos.
                Ella se valía de que el oficiante fuera su tío, infantil como el que más,  contribuía a crear esa atmósfera tierna en la que se desarrollaría el acontecimiento. Rodeados de sus menudos sobrinos que le conferían al suceso ese aire de chiquillada travesura y arropados por jóvenes aún más ilusos que alejaban todo vestigio de seriedad de los mayores.


                Era una proclama de intenciones, voluntades de los que sería nuestra vida juntos. Vida en la que iba a reinar la fantasía, la imaginación, la ilusión por compartir las alegrías, también las penas y penurias, donde siempre ardiera la llama viva del amor.  Entregados a nosotros mismos y a nuestros amigos.


                Donde nuestra intención ha sido siempre sumar, nunca quitar, coartar. Sumar mayor libertad, mayor ilusión, sumar para que cada día que comenzaba estuviese pleno de caricias, de delicadezas, de atenciones, de propósitos para hacernos más felices.
                Lo evoco como un día maravilloso, inicio de una aventura aún más exquisita y que la asquerosa enfermedad truncó hace dos años, pero que en el tiempo permanece en mi viva, las emociones a flor de piel y resucitándola a cada instante.
                Cierro los ojos y libremente acuden a mí sus aromas, sus sabores, y su voz cariñosa, sugerente llena mis oídos de tiernas palabras.  La  nostalgia de su piel me hace estremecer de cálidos escalofríos, como si nunca hubiera dejado de acariciarme.


                Pero también su recuerdo asfixia. Su delicadeza, se sensibilidad, su pasión no me dejan acercarme a otras personas, no me dejan buscar otras compañías.


                Su memoria es la que me permite vivir, me proporciona las ilusiones para seguir caminando, avanzando en mi viaje a lo eterno. Su presencia viva es la que me llena de fuerzas para intentar nuevos retos, para no dormirme cada día en el sopor de la apatía y la abulia.





                Aquel 7 de agosto permanece incólume, impoluto en mi mente a través de los tiempos,  añorado y perpetuado en cada momento, que me hace pensar en la suerte, en la dicha de haber compartido una vida de felicidad con Rosario, con mi Saio.

viernes, 14 de junio de 2013

EL REGRESO DE ADRIÁN Y MARÍA JOSÉ




Se acerca con prisa lenta el regreso de Adrián y Mª José, después de su estancia en Cracovia. Mi estado es de ansiedad controlada y de esperanza relativa.
            Es verdad que el tenerlos aquí,  cerca, es una alegría añadida para mí. Pero también quiero pensar en ellos y, puede ser duro después de un año de convivencia. Tener que volver a la rutina diaria de cada uno por su lado, sin ese aliciente que da la vida en pareja, sin esa plenitud de vida y amor, puede resultarles doloroso.
            No tendría ningún inconveniente que continuasen su proyecto común, incluso creo que les asiste el derecho a inventar su propia vida, su propio futuro, pero (*) todas las circunstancias no son controladas por mí. El tiempo decidirá.





            Desde mi egoísmo ha sido un año largo y duro. Adrián es mi soporte imprescindible. Ahora bien, el afecto de padre te lleva a considerar tu felicidad en función del bienestar de él. Así, el comprobar cómo, día a día, han evolucionado y consiguiendo más identidad común en su propósito de vida. Verlos reír cada vez que hablábamos, sentir  que entre ellos no había malos modos ni maneras. Ver como su amor crecía y notar que esa química especial que tiene que haber en las parejas, discurría por cauces de emociones y cariños, me llenaban de esperanza e ilusión.




            Cuando murió Rosario, mi gran desvelo era Adrián. Ella era su confidente, su soporte, su ayuda. Siempre su madre, pero a la vez,  sabía transmitirle esa confianza que hacía que se entregara a ella sin reservas, como si de dos amigos se tratara.
            Durante ese primer año de su partida, me propuse que tuviéramos un contacto frecuente, así, al menos una vez, comíamos juntos a la semana. Los dos hemos tenido que reinventar nuestra relación. De ser solo padre pasar a ser también madre y, un hecho muy importante,  hacerle sentir que su madre también era presente, que su gran sentido de su familia, padre, madre, hijo, no se desvanecía, seguía en pie, solo que con una circunstancia desgarradora, que los dos trataríamos de superar.
            La conversación, el diálogo fue el motor de nuestro camino, mostrándole que desde mi parte no habría ningún lado obscuro, estaba dispuesto a transmitirle mis sentimientos más íntimos, dispuesto a destruir las posibles barreras que tuviera hacia mí. Así se ha ido tejiendo una relación de intercambio, de ayuda y soporte mutuo. Siempre disponible a la llamada del otro, siempre dispuestos a escuchar, siempre dispuestos a expresarnos lo más cerca a la verdad posible.
            He ido notando como me hacía importante para él, para convertirse, a su vez, en muy importante para mí: ayudándome, alentándome  a crear nuevas ilusiones, marcándome un aire de libertad, incitándome  a vivir, incluso a respirar nuevos aires. Sus contribuciones se han hecho imprescindibles en  mí.



            Al ver la forma en que me ha tratado me ha hecho ver su grandeza, que se ha visto enriquecida por su vida junto a Mª José. Puede atesorar muchos defectos, (como el que más) pero su sensibilidad, atención y delicadeza le proporciona una dimensión que te hace admirarlo. Esta atención, sensibilidad y delicadeza que recoge directamente de su madre y, que tanto ella como yo siempre hemos procurado que estuviese presente en su educación, aunque faltaran otras cualidades más prácticas y provechosas para circular por este mundo.
            Ahora me emociono de comprobar que algo hemos conseguido. Máxime cuando habla de ella y de Mª José como lo hace en este escrito que os transcribo, y que, cuando me lo leyó, mi corazón se desbordó trayéndome a Rosario de nuevo y tocando mis células más  sensibles.

...El tiempo pasa... Y, la verdad, siempre encuentro un momento a lo largo del día, en que me acuerdo de mi madre. En su humor, en su felicidad y alegría que nos transmitía a todos y nos contagiaba, que nos hacía ser más humanos, más cercanos a nosotros mismos... Siempre que la recuerdo, me paro a pensar y sonrío, me lleno de felicidad, porque aunque no está presente físicamente, la noto dentro de mí todos los días, y me anima a seguir adelante con ilusión y con ganas... Su mayor ilusión, al final de sus días, era verme con María José, le encantaba,  que al llegar todos los días al hospital, le contara cómo estaban yendo las cosas con ella,... Tengo la sensación de que descansó tranquila pensando en que iba a estar tan bien acogido por María José, de que me iba a cobijar y arropar todos los días, a darme  mimos, caricias, cariños... Todo un sin fin de acciones que hacen que yo, cada vez que me acuerde de mi madre, me llene de tanta felicidad y alegría, y de ver lo feliz que soy conviviendo con María José. Un abrazo muy fuerte a mi madre, que se encuentra dentro de mí, por todo cuanto me ha dado y enseñado.

            Seguid así, seguro que la felicidad de la mamá será la vuestra.
            Un abrazo muy fuerte de Fonfo y seguro que de Saio.       



sábado, 8 de junio de 2013

ABIDAL, La ilusión de vivir

              Los que sabéis de mi historia, no os extrañará que en la tarde del sábado, cuando Abidal salió al campo y en la despedida posterior, sintiera una especial emoción, como me ocurre con Tito siempre que lo veo dirigir un partido.




            Estos dos personajes ponen cara pública a la bestial enfermedad, la misma emoción y sentimiento me invade ante cualquier otro, por anónimo que sea, que mantenga la misma lucha.
            Los que hemos vivido al lado, rodeados por la fiera, sabemos de las ganas de vivir, de la necesidad de sentirse válidos, las emociones se magnifican. Así entiendo la actitud de Abidal. No solo es vivir, también es sentir que su vida es plena. Vencer la enfermedad no es solo curar, también es vivir como lo has hecho siempre. Nace una necesidad del sí puedo. En su momento te zarandea de tal forma que te hace pensar que nunca más podrás ser el mismo. Al aparecer los primeros brotes de curación, crece el deseo imperioso de comprobar, de constatar  que sí  puedes.
            Cuando Rosario ya estaba en manos médicas,  con las primeras sesiones de quimioterapia se veía su avance positivo. Tras la tercera sesión, cierto día, al regresar de la escuela, me la encuentro en el sofá con aires de cansada. Con la tensión que vives te derrumbas, flaquean tus fuerzas y una corriente negativa atraviesa tu cuerpo. Me dice que suba arriba, lo hago y me encuentro, que ella sola, ha cambiado de lugar los muebles del dormitorio. Armarios de ropa, cama, mesillas, tocador, todo tiene una nueva estructura, siguiendo su tradición de no dejar mucho tiempo las cosas en el mimo sitio.  En la puerta del dormitorio, mirando el cambio,  no puedo evitar que se me escape una sonrisa y por primera vez se dibuja en mi mente la posibilidad de la curación. Al bajar, me siento obligado a regañarle, aunque sea de mentirijilla, para acto seguido,  abrazarla y ser uno de los más bellos e intensos que nos hemos dado, mezclándose alguna lágrima de alegría en nuestras mejillas. Estaba cansada pero inmensamente feliz de pode hacer aquello que siempre hacía. Al lo lejos se nos abrió un amanecer de curación.
            Comprobar que todavía tenía sus fuerzas, que podía volver a ser la misma, produjo un cambio en la alegría de su cara, se abrió del todo a las ilusiones y, se vivían, por nimias que fueran,  con una intensidad arrolladora.
            Todo era un canto diario a la vida, disfrutar de todo lo que le envolvía, a estremecerse ante cualquier emoción que le transmitieran los que la rodeaban. De su vida fue desapareciendo la palabra fracaso, todo se convertía en ilusiones, la indiferencia no tenía lugar y hasta el acto más inane lo vivía como el acto más prominente que pudiera ocurrir.
            Aunque tarde, te enteras también que la maldita es traicionera, después del verano pleno de constantes ilusiones, sin avisar, de golpe, nos muestra su macabra cara y se la lleva para siempre.



            Abidal y Tito han salvado uno de sus traicioneros ataques, con lo que surgen aún con más fuerza,  sus exigencias de vida. Ahora no pueden atender otras posibilidades que no sea demostrar que no ha podido con ellos, volver a sentir la utilidad de su existencia. En Abidal pasa por volver a jugar a tope al fútbol, igual dentro de unos meses puede sentir otras prioridades, pero primero tiene que comprobar que su cuerpo y su ánimo laten al máximo, que su capacidad alcanza a la máxima competición, después otras sensaciones le dirán su camino.
            Pero digo que son una cara pública, con ciertas posibilidades y no quiero olvidar a todos aquellos anónimos inocentes que no tienen las mismas oportunidades y a los gobiernos les digo,  no recorten en esto. Recorten viajes, monumentos, actos multitudinarios, reyes, príncipes y princesas, alardes, ejércitos, autopistas, aviones y aeropuertos, trenes de alta velocidad… Pero no recorten en esfuerzos para tratar de darle a miles y miles de personas una esperanza de que pueden vivir, de que tras la triste noche les espera un amanecer radiante. La calidad de vida de las personas tiene que estar delante de ejércitos, países, políticos y grandes acontecimiento.



            También quiero y trato de entender la postura del Barcelona con Abidal. Cuando Rosario estaba en plena lucha, yo no podía sustraerme a espiarla. Cualquier cambio de ánimo, cualquier gesto extraño, cualquier tos inoportuna, cualquier variación en su comportamiento era suficiente para alterar mi pulso, para dejarme sin aliento y traer a mi cara la preocupación y la tristeza.
            Así para todos podía establecerse un estado de tensión continua, difícil de llevar en muchos momentos. Le corresponde a cada uno, personalmente, decidir libremente como enfocar su vida. Abidal ha decidido seguir ligado al deporte a su máximo nivel, con una ilusión juvenil, pero también en la seguridad de que ni el mismo sabe cómo puede responder, desde aquí le deseo toda la fortuna del mundo.
            Os dejo con  Kavafis, en las canciones de LLuís Llac,  para decirle:
…….
Has d’arribar-hi, es el teu destí,
Pero no forcis gens la travessia.
Es preferible que duri molts anys,
Que siguis vell quan fondegis l’illa,
Ric de tot el que hauràs guanyat fent el cami,
Sense esperar que et doni més riqueses.
Itaca t’ha donat el bell viatge,
Sense ella no hauries sorti
-------------
…….
Més lluny, sempre aneu més lluny,
Més lluny de l’avui que ara us encadena.
I quan sereu deslliurats
Torneu a començar els nous passos.
-------------
……….
Bon viatge per als guerrers
si al seu poble són fidels,
el velam del seu vaixell
afavoreixi el Déu dels vents,
i malgrat llur vell combat
l’amor ompli el seu cos generós,
trobin els camins dels vells anhels,
plens de ventures, plens de coneixences.
Traduciendo libremente:
Has de llegar a tu destino
Pero no fuerces nada la travesía
Es preferible que dure muchos años
Que seas mayor cuando fondees en la isla
Rico de todo lo que has ganado durante el camino.
Sin esperar más riquezas
Itaca te ha dado el bello viaje
Sin ella no habrías salido.
--------------
Más lejos, siempre id más lejos
Más lejos de lo que hoy os encadena
Y cuando seáis liberados
Volved a empezar nuevos caminos.
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Buen viaje para los guerreros
Si a su pueblo son fieles,
El velamen de su barco
Favorezca el Dios de los vientos
Y a pesar de su viejo combate
El amor llene su corazón(1) generoso
Encuentre los caminos de los viejos deseos
Llenos de venturas, llenos de conocimientos.
(1)       Cuerpo en el original.


Fotos de internet se retirarán a petición
          
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