miércoles, 18 de julio de 2012

Regreso a Balsareny




Hoy es 18 de julio, faltan dos días para que regrese a Balsareny, donde ejercí  de maestro del 1979 al 82. Años de juventud, de ilusiones e inquietudes, de aventuras y futuros, de esperanzas y proyectos. Recién llegada el alba tras la larga noche de la dictadura, un joven de 24 años se lanza a su aventura personal, ávido de nuevas sensaciones, lleno de ideales, ardiente de conocer una nueva cultura, mentalmente quasi virgen, sediento de nuevos conocimientos, de frecuentar nuevas gentes y hambriento de luchar por una sociedad y una escuela más progresista, más crítica, más democrática.
Ahora, 33 años después, vuelvo para encontrarme con mis amigos, recordando lugares y situaciones que fueron. Reaparezco con la serenidad que aporta la experiencia, con unas alforjas más henchidas, también como no, con la decepción en que el devenir  político nos ha sumido hoy día. Pero atiborrado de la misma ilusión, si no más, que aquella, ya lejana, primera vez.
Estos días previos parece que se atascan, no vislumbras la llegada del ansiado momento. Así en la espera se te van apareciendo caras, nombres,  lugares, ocasiones vividas y, por todo el cuerpo te transita una corriente nerviosa que no te permite tranquilizar tu espíritu. En la noche el sueño se resiste, tratas de recrear una película de lo que será, no eres dueño de tu pensamiento que circula velozmente del ayer al mañana. Así hasta llegar a un estado de ansiedad que en un sobreesfuerzo tratas de calmar, hasta que el cansancio, sin tú darte cuenta, te sumerge en el placer del sueño para despertar en el mismo lugar y soñar, ahora ya despierto, con el encuentro tan suspirado.


martes, 3 de julio de 2012

Mi cumpleaños


Mi mirada siempre centrada en ella

El miércoles día 20 cumplí años y como no sabía cómo caminarlo, me puse a escribir estas líneas.
                Mi primer cumpleaños sin ti no sabe a nada, ¿para quién cumplir años? Al despertarme quién me iba a hacer un guiño de amor, de complicidad. Dónde quedó mi ilusión ante la sorpresa que me guardabas. Hace un año contaba cuántos de dicha llevaba contigo, disfrutando de tu compañía, de tu sensibilidad, de tu pasión. Hoy me queda solo pensar en el tiempo que vivo sin tu presencia, sin tu voz, tus susurros. Se fueron contigo los nervios pensando en qué haríamos, qué me regalarías, sin darme cuenta que el gran regalo era tenerte cada día a mi lado; cómo disfrutaríamos de nuestro deseo, nuestro enamoramiento. Hoy solo me espera un día plano, triste, gris…
Alegría, color, dulzura, ilusión

                Sin tu existencia hasta parece tonto cumplir años. Yo, que siempre he tenido ilusión en acercarme a esa edad en que aprendes a disfrutar de lo sencillo, a saborear aquello que haces en cada instante. Ahora todo da igual, me falta con quién compartir ese proyecto de futuro, con quién deleitarse del silencio de las miradas, con quién hablar y hablar de apasionamiento, de amor, de propósitos, de ilusiones, de futuro.
Juntos, siempre juntos, viviendo nuestras ilusiones

                Entonces, en mi vacio, a la hora que se esparce el mediodía, aparece Adrián (nuestro hijo) y Mª José, motivándome que la luz y el sentido tomen forma. Me expresan su afecto y cariño,  haciéndome sentirme importante. La luz y el sentido toman cuerpo, me llenan de su propia ilusión, me reconfortan en el espíritu y me hacen inmensamente feliz, de pronto el día adquiere todo su valor, llenándome de vida y bienestar.
Ellos constituyen mi esperanza, son mi apoyo, rebosan de alegría y amor

                Tras una mañana melancólica, anodina  y lúgubre,  se abre una tarde luminosa, alegre y plena de razón, que le da sabor y lucidez a mi vida, proyectándose un futuro centrado en ellos dos.
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