65 años ya. ¡Qué barbaridad! Qué lejana y qué próxima aquella muñeca angelical, sensible, cariñosa,
aquella muchachita natural, a la que no podías herir porque se podía romper.
Después constante estudiante, entregada maestra y compañera ejemplar. Pareja leal, dulzura de madre. Ahora una abuela feliz, ilusionada con su pequeño Gonzalo que es la salsa de su jubilación.
Como la define Encarni Navarro en Patrimonio Humano Velezano: “… Maestra comprometida, cuida
mucho de las amistades, las
de siempre y las actuales. Conversadora animada, alegre y disfrutona”.
Que sigamos muchos años cercanos,
hermana querida.
![]() |
Foto: Encarni Navarro |