martes, 28 de mayo de 2019

Mayo 1

Topares engalanado por la primavera


Como cada año al llegar mayo, San Isidro recorre los campos de Topares para que la cosecha colme las ilusiones de los agricultores.
San Isidro, como no podía ser menos, es el patrón de Topares, pues es conocido el dicho de que “eres más de campo que San Isidro” y todo el campo topareño es una inmensa alfombra aterciopelada de intensos verdes en toda una gama a la que da forma las cebadas, los trigos, las avenas y todas esas hierbas que, con su espontaneidad, a la llamada de la primavera, cubren nuestros ribazos y linderos. Todo junto provoca una explosión de color que te alegra el alma y te llenan de serenidad.


La población rural disminuye con alevosía, llegar las fiestas y ver el pueblo semivacío desconsuela. Entonces piensas en los que permanecen en él todo el año, en esos días que un entorno de soledad sobrecogedor les envuelva, la fuerza que hay que tener para aguantar así día tras día, para no cansarse y, pacientemente, esperar ese momento de compartir conversación y amistad con los demás vecinos, en unos encuentros que cada vez se distancian más.


Te hace recordar otros tiempos, en que estas fiestas eran atrayentes para toda una comarca y sus calles se llenaban de personas, propias y visitantes.
Grandes tiradas al plato, bailes, concursos de tractoristas, reinas de las fiestas, corridas de cintas, comidas participativas, colchonetas, tanto bullicio que ahora nos cuesta trabajo recordad un pueblo lleno de vecinos, ruidoso y fiestero.
Grandes filas en la procesión, con solemnidad, alineadas, entradas del santo peleadas, queriendo, cada uno, manifestar su progreso, su posición, engalanados con las mejores ropas, llenos de juventud, de infantes, de personas mayores y menores, todo el pueblo lleno de vida.


Pero siempre, en todos nosotros, permanecerá la tierra, sus colores y olores, que año tras año, nos proporciona la fuerza y la ilusión para sentirnos orgullosos de la misma y que al salir para regresar a nuestros lugares trabajo ya estamos pensando en cuándo será el próximo regreso.

Y siempre, siempre, nuestro cerro Gordo vigilante, protegiéndonos de todos los espíritus malignos.


3 comentarios:

  1. Hola Alfonso, se me pasó el post...
    Que bonita eleia le dedicas a tu pueblo y es que los que hemos sido o somos de campo, amamos nuestra patria chica y nos duele ver que los pueblos se van quedando medio vacios...Un paisage muy lindo el que te cobija!!!
    Besitos, Alfonso.

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  2. Quina alegria tornar a veure aquestes imatges que em porten tan bons records. Els seus colors, les olors i aquest "vigilant" sempre restaran en el meu cor.
    Aferradetes i bessets, Alfons.

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