jueves, 10 de noviembre de 2016

A Almería

Al fin pasó el verano y el otoño camina hacia su parte final. En total han sido cinco meses de estancia en Topares, tiempo que no había pasado seguido en el pueblo desde que salí para estudiar con diez años.
Han sido muchos días, uno tras otro, días para todos los gustos y maneras. Todo comenzó con mucha ilusión, pero fue languideciendo hasta terminar por desear vehementemente en final del periodo.
He estado bien pero no he estado bien. He disfrutado pero no he disfrutado. Aquello que parece que va bien pero resulta que siempre te queda un poso de tristeza. Todo dentro de una dicotomía, querer huir y no querer.
Es una situación difícil de entender, allí en parte lo tengo todo, pero algo invisible me falta que me atormenta y no  me deja complacerme, quizás sea ese espacio concreto que cada uno nos fabricamos en nuestra morada. Quizás sea la falta de una libertad que allí me cuesta encontrarla.
Puede ser que todo lo causen esos rincones que tenía muy plenos y que no hay manera de poblar con nada, o también  que el vivir en soledad me ha llevado a ver la vida en singular y allí no era posible.
Es también una sensación como si mi cuerpo se entristeciera mucho, pero no es de pena sino de vejez, la impresión de que antes de irme de un lugar ya me había ido, la de no estar ni dentro ni fuera. Así las noches se sucedían sin dormir bien, agobiado con tantos recuerdos del pasado y de tantos proyectos de futuro.
Ya estoy en Almería y trato de recomponer mi triste figura. Mi mujer no aguantaba mucho tiempo con la misma distribución y decoración de la casa. Muchas veces sentía que había que renovar ilusiones y cambiaba todos los muebles de sitio, ella sola en muchas ocasiones. Parecía que un nuevo aire ocupaba la estancia.

Nada más llegar a Almería así he hecho. He subido mesas y sillas para Válor y me he bajado otras, ahora estoy como un niño con unos zapatos nuevos, un niño de antes, cuando se estrenaba unos zapatos en toda la infancia. Bajo la cálida luz de un flexo, trazo estas líneas con ilusión de un invierno productivo.








8 comentarios:

  1. Alfonso, saps arribar a sentiments profunds que tots, un moment o altre, sentim. Espero que tinguis un hivern productiu.
    Joan

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    1. Gràcies Joan. Potser la falta d'obligatorietat em porta a tenir més temps per jugar amb les meves contradiccions. De tota manera què seriem sense els nostres dubtes.
      Alhora espero amb il·lusió l'esdevenir d'aquests mesos.
      Una abraçada

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  2. vayas donde vayas..cuentes lo que nos cuentes..la vida que apreciamos en tu lectura siempre rebosara de auténtica ternura..saludos

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    1. Gracias Antonio por tus agradables palabras.
      Malo será el día que no nos hagamos preguntas y no busquemos las respuestas, malo, malo.
      Un abrazo

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    2. cierto.nos vemos a tu vuelta..un abrazo Señor!

      Eliminar
    3. cierto.nos vemos a tu vuelta..un abrazo Señor!

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  3. Como un pájaro en el cable,
    como un borracho
    en una noche interminable,
    yo voy buscando...
    mi manera de ser libre.
    Plagiando a Leonard Cohen y a Kiko Veneno,te dedico uno de sus parrafillos...
    Un abrazo copañero!Gracias por compartir tu caja de recuerdos con nosotros!

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    1. Esta noche me has proporcionado una gran alegría a verte por aquí. Gracias compañera.
      Más bien coincido en la imagen del borracho, tambaleándome de un lugar a otro. Seguiré buscando las palabras para poder agarrarme a ellas y no caer.
      Un abrazo Alicia

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