La tele llega a Topares en 1962,
en mi mente las primeras imágenes que se fabrican son las de los actos con
ocasión del fallecimiento del papa Juan XXIII.
Imagen del enterramiento de Juan XXIII |
Don Rafael que movilizó al pueblo para construir el salón y que trajo la televisión en 1962 |
Es cura del pueblo D Rafael que
convence a vecinos con ciertas posibilidades para comprar un televisor, a
cambio, una vez instalada, tendrán unos vales para verla gratis, pues los demás
tendrán que pagar 1 o 2 pesetas, según el acontecimiento, que se encargaban de cobrar Julián, el
municipal, y su hermano Amable. Funcionará con la electricidad procurada por el
generador que daba la luz a la iglesia. Colocada en el salón parroquial, la
ponían a la caída de la noche y, especialmente, las noches de los lunes, los
viernes, los sábados y los domingos.
Franz Johan y Gustavo Re, sus dificultades con el castellano producía risas, siendo de las parejas de televisión más simpáticas |
Los lunes con “Amigos del lunes”
presentado por Franz Johan y Gustavo Re,
una de las parejas más simpáticas de la televisión. La noche del viernes con
“Estudio 1”, era de los programas más seguidos y pasaban
Estudio 1, con José Bodalo en la obra "Doce hombres sin piedad". |
todos los mejores
actores de la época. Los sábados con “Gran Parada”, “Noche del sábado” o “Noche
de estrellas”, musicales muy del gusto de la época y el domingo con el fútbol
Luís Aguilé un asiduo del programa "Noche |
series.
Ahora nos tenemos que situar en
el Topares de 1962, sus vecinos apenas han pasado de la Cuesta del Cebo o del
Moralejo, sobre todo las mujeres. Los hombres han tenido que salir para el
servicio militar, pero
Bonanza, de las series más famosas de la tele |
tampoco mucho más.
Así eran bastante susceptibles y, como cuando el hombre llegó a la luna, no muy propensos a creerse eso de que las imágenes volaban por el aire hasta llegar al pueblo. Entonces, más de uno, miraba disimuladamente por detrás del televisor para ver a los hombres que, pensaba, estaban dentro del aparato, tampoco era raro encontrarse con alguien que les hablaba.
Así eran bastante susceptibles y, como cuando el hombre llegó a la luna, no muy propensos a creerse eso de que las imágenes volaban por el aire hasta llegar al pueblo. Entonces, más de uno, miraba disimuladamente por detrás del televisor para ver a los hombres que, pensaba, estaban dentro del aparato, tampoco era raro encontrarse con alguien que les hablaba.
Cartel de lujo de la época |
Sirva el anterior párrafo para
entrar en el gran día de la televisión, la tarde de los toros. El salón se
ponía a rebosar, traían merienda, botas de vino y muchas ganas de pasar una
tarde todos juntos. Sus reacciones eran como si estuviesen en la plaza.
Aplaudían, pitaban, sacaban pañuelos pidiendo la oreja, tal como si estuvieran presentes en el festival.
Las disputas de los cordobesistas
con los partidarios de Paco Camino o Diego Puerta, los gritos de susto en las
cogidas, pitos a los picadores, abucheos a la presidencia, la algarabía cuando
saltaba algún espontaneo. Aquello era vida y las apostillas de otros más
mayores cuando decían que como Manolete no había ninguno, cuando puede que
ninguno de ellos lo había visto torear...
El pueblo se paralizaba para la
ocasión, claro que había circunstancias que no siempre dejaban que la fiesta
fuera completa. Las temidas interferencias, los moros se decía, sin que nadie
supiera a ciencia cierta eso que era. Toda la pantalla se transformaba en una
serie de rayas, Las imágenes empezaban a desfigurarse hasta que se convertían
en unas rayas horizontales que ocupaban todo el monitor.
Las interferencias, en este caso se adivinaba algo, en la mayoría de los casos ni eso |
Todos allí, con la esperanza de
que nos dejaran ver la corrida tranquilamente. No penséis que eso era de uvas a
peras, no, era más fácil que tuviéramos las interferencias que se viera nítido,
y aún en los casos de suerte, rara vez se escapaba sin dar un poco el tostón.
Más de una tarde, después de
esperar más de una hora nos íbamos con el rabo entre las piernas sin poder ver
un maldito pase, ahora bien, la bota del vino había circulado y retornaba vacía
y las viandas de la merienda bien aprovechadas, que al menos alegraban un poco
la tarde.
Al cabo de unos años vendrían las
televisiones pequeñas con batería, el teleclub, pero todavía faltaban muchos
años para que las viéramos normalmente en las casas.
La carta de ajuste, con la que empezaba la tele, a eso de las seis, y con la que terminaba allá por las doce, después todos a dormir. |
Records massa llunyans, tot i així formen part de la nostra vida.
ResponderEliminarEls meus se'n van als dibuixos animats a casa d'una amiga. Més tard al Estudio-1, quan els meus pares ja m'ho deixaven veure i a programes musicals o concurs de ball...
Records d'infantesa.
Bessets, Alfons.
Gracias Sa Lluna. Siempre me sorprendió que siendo Topares un pueblo tan pequeño, tuviera una televisión tan pronto. Hasta que no me fui a estudiar a Velez Rubio no supe de los dibujos animados, pues eran por la tarde y por la tarde nada más que se ponían los toros.
EliminarYo creo que más importante que el hecho de la televisión en sí, era la posibilidad de juntarse los vecinos con frecuencia y sobre todo que permitió que las mujeres salieran de las casas además de para ir a misa.
Hoy no contemplamos ningún suceso en el pueblo como lo fue ese momento, todos pendientes de esas imágenes mágicas.
Aferradetes y bessets Paula
Que recuerdos, madre mia!!
ResponderEliminarEn casa no tuvimos tele hasta pasados unos años, por lo cual íbamos a casa de mis vecinos, una buena gente que casi tenían la puerta abierta para todos. De todas formas a mi tampoco me interesaba por tus mismas razones. Ir a estudiar de noche. Tienes razón al decir que Topares fue de los primeros pueblos en disponer de una de ellas, sin embargo si que sorprende que en la parroquia no tuvieran alumbrado de la Compañia.En lo que dices de que fue importante el hecho de la televisión en sí, era la posibilidad de juntarse los vecinos con frecuencia yo creo que no. Para mi fue al contrario (en las ciudades no, pero en los pueblos la televisión retiró las sillas de la calle por la noche. Que pena!) Esto si, fue un adelanto lo de las mujeres y las misas.
Un abrazo, Alfons.
A casa vam trigar a tenir tele i la veiem a casa del meu avi, que vivia al pis del costat. I era, com dius, un motiu de reunió, ja que si el programa s'ho valia, si afegia algun veí.
ResponderEliminarQuins records!
Gracias Josep. Dejo para otro post la cuestión de la luz eléctrica a Topares, la semana que viene.
ResponderEliminarRealmente en pueblos como Topares, no ha sido la televisión la que ha retirado a la gente de salir, más bien ha sido el envejecimiento. Además en Topares, al no haber luz del chorro, como se decía, no ha habido televisión en las casas hasta bien entrados los setenta y de forma general a partir de 1982.
La televisión del salón parroquial era la única para todo el pueblo, lo que provocaba que todos los vecinos se juntaran en el salón para verla. Las mujeres que no salían de las casas, entonces, algunas, empezaron a salir con sus maridos a ver los `rogramas de la noche, en especial el estudio 1.
La marcha de los jóvenes y maduros ante la falta de iniciativas para el desarrollo y las zancadillas a aquellas que se ponían en marcha ha hecho que la población envejezca hasta cotas inimaginables. Hoy la edad media bien puede estar por encima de los 50 años, como mínimo. Así que ya puedes imaginar que esos vecinos prefieran mejor estar bajo la calefacción de las casas que no al frío de la noche.
Un abrazo Josep
Gracias Gloria. En Topares, entonces, no había luz de las compañías en las casas, la luz era de un molino. Así no podía funcionar la tele, por eso el cura, compró una para el salón parroquial y todos los vecinos iban al mismo a verla.
ResponderEliminarAhora con estas televisiones modernas en las que se ve hasta lo traspuesto, todo va perfecto. Pero con todas sus interferencias y todo, las televisiones de aquellos años, con un solo canal, tenían un sabor y una emoción que nunca más ha sido.