domingo, 18 de diciembre de 2016

EL MOLINO


Eran las seis de la tarde del 17 de enero, día de San Antón, de 1973, cuando llegó la luz de la Sevillana a Topares, que en otros lugares llaman del Chorro o de La Compañía.
Ese día llegó la luz desde fuera al pueblo, pero aquí, mucho antes, ya había luz eléctrica producida en el mismo pueblo, antes incluso que en los pueblos de alrededor más grandes.
En 1915 se pone en funcionamiento un molino, el Molino. Toda nuestra diputación es gran productora de cereales y era necesario una fábrica para elaborar y dar salida al producto, en él se molerá una gran cantidad de trigo y cebada, destinada al consumo de los animales y las personas. Unos emprendedores, como se llamarían ahora, ponen en marcha el molino movido por un motor de aceite pesado.



Dos imágenes del molino, la fachada principal y la lateral, la de la vivienda, ya cerrado,
llega un momento que prácticamente todo el grano se va fuera y con la llegada de la luz de Sevillana,
 ya no tiene sentido, con lo que un emblema del pueblo se cierra.

Entre 1915 y 1920 se electrifica el pueblo. Se ponen bombillas en las esquinas de las principales calles y se lleva hasta las casas, en donde cada uno, según sus pretensiones ponen, por lo general una bombilla en la cocina-comedor, a lo sumo dos o tres en toda la casa, ya tirándola por la ventana. Se paga por punto de luz, por cada bombilla, así no había interruptores ni nada, siempre encendida. La gente, cuando vino la de la sevillana, tenía miedo de que se les olvidara de que tenían que apagar la luz cuando no fuera necesaria con los interruptores, después no pasó nada, al día siguiente, viendo la comodidad de tenerla en todas partes ya nadie se acordaba de la del molino. Cuando este deja de funcionar se pagaban 25 pesetas al mes por cada bombilla.


La luz no funcionaba a todas horas. Cuando empezaba a oscurecer venía: “¿Ha venido ya la luz?, se preguntaban. Ese momento era una señal importante. Los infantes nos teníamos que recoger: “En cuanto mismo venga la luz a la casa”, si no, podías encontrarte a la madre con la alpargata en la mano. También, en muchas casas, era la hora de la cena, se recogían las gallinas, en fin, se preparaba la vivienda para la noche.

Tampoco era que estuviera toda la noche encendida. A eso de las doce, la luz se apagaba y se encendía tres veces. El mensaje era claro, en cinco o diez minutos la luz se “iba”, o sea se apagaba: “Vamos, a dormir, que la luz se va”, nadie sabía dónde, pero se iba. Era el momento en que volvían a aparecer quinqués, candiles, palmatorias, velas… necesarias para terminar la velada o simplemente para llegar a las habitaciones.

Una fotografía de 1932 nos permite ver la calle San Vicente con el tendido eléctrico y alguna bombilla, o por lo menos el soporte, pues parece que la bombilla está rota. Así, ese mismo año los alumnos de la escuela de niños de Topares le mandan una carta a los de otra escuela de Málaga y le dicen lo siguiente: “En frente de la iglesia, un poco más abajo, está el molino que muele el trigo y da la luz eléctrica. El molino tiene dos piedras que las mueve un motor de aceite pesado que también le hace andar a la dinamo para la luz”.






Al ser de muy bajo voltaje, pues toda la potencia se tenía que repartir para todo el pueblo, los aparatos eléctricos no funcionaban. Por eso, aclarando a mi amigo Josep, en la iglesia pusieron otro motor para tener luz propia y así poder hacer funcionar la máquina de cine y después la televisión. Cada noche del cine (El Gordo y el Flaco, alguna del Oeste o alguna folclórica o patriótica), el salón se ponía a tope, lo vivíamos como si dentro de la película estuviésemos, se aplaudía, cuando salía el bueno, se silbaba al malo y en el invierno, al salir, nuestras madres nos decían: “Tápate la boca, que te resfrías”.

Rara vez se alargaba la luz más de las doce, con ocasión de alguna vela o un hecho excepcional se podía estirar, como mucho, hasta la una o las dos, pero en muy raras ocasiones. A veces las señales, como llamábamos al aviso para apagarse: ¿Han dado ya las señales?”, digo que a veces esas señales no eran tres, sino una o dos, nada tenían que ver con nosotros, eran mensajes dirigidos a los propios del molino o a algún trabajador para que regresara al mismo.

En las calles principales, en las esquinas, había una bombilla. Entre las pocas que había y la poca luz que daban, en la mayoría de las ocasiones se veía menos que en una noche sin luna. Eso si había bombilla, pues frecuentemente eran utilizadas como blancos por la zagalería, que con sus tirachinas jugaban a hacerlas añicos. También corría peligro de muerte si en su radio de acción se gestaba algún noviazgo o alumbraba mucho a alguna reja indiscreta, en ese caso durante el tiempo que durase el romance tonto era el sustituirla.


De esos tiempos del molino se pueden contar un sinfín de cosas. Estaba la escalera del molino, bueno se podía decir del pueblo, parecía el marrano de San Antón, pues la encontrabas por todas las calles, o de sus encargados que parecían vestir siempre de blanco, bañados en harina como iban, pero bien por hoy dejamos aquí el asunto, ya habrá otra ocasión para volver.



Las fotos de internet se retirarán a petición

10 comentarios:

  1. Hola Alfonso,
    Me ha gustado mucho el relato de la llegada de la luz a tu pueblo...Que tiempos quando íbamos con el candil o las velas, fue un gran adelanto la luz elèctrica!
    Ah, y me encantan estos dibujos reproducción de tu pueblo, hechos por los niños!!!
    Besitos.

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  2. Sigue el agua su camino y al pasar por la arboleda, mueve impaciente la rueda del solitario molino...( lo aprendí de niña)

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    Respuestas
    1. Me suena también lo de "mueve impaciente la rueda del solitario molino..".
      M. Roser en esta entrada cuento toda la historia de estos dibujos y el maestro que los inspiró, que era el maestro de mi padre. Estuvo en Topares en los años 30 y siempre sus alumnos guardaron un gran aprecio y respeto por él.
      http://toparessiempre.blogspot.com.es/2011/12/d-miguel-el-maestro.html

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  3. Respuestas
    1. Gracias Antonio. Cuando hacemos repaso de las ocupaciones y los lugares que han desaparecido o han cerrado en Topares, es cuando realmente se ve como se ha ido empobreciendo el pueblo. Esperemos que por algún lugar aparezca un futuro más esperanzador.

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  4. Podríem dir que abans fèiem més cas de totes les coses que eren noves i que suposaven una millora pel poble, fins i tot de les personals.
    Pel que no ho han viscut deu semblar que tot això que expliques és un conte. Jo encara sí ho recordo...d'aquella època potser vingui la meva passió per les espelmes, qui sap!! ;)

    Pensava que t'havies posat a dibuixar, però no.
    Aferradetes plenes de llum, Alfons.

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  5. Gracias Sa Lluna. A veces creo que hemos tenido suerte en poder vivir las dos épocas, cuando todo era más artesano y ahora en que lo que se conoce por progreso marcha a una velocidad endiablada. Y puede ser que nos recordemos más de aquellos años en que el tiempo tenía un valor relativo y siempre había un momento para pararse y echar el rato.
    No Paula, el dibujo lo tengo por ahora aparcado.
    Bessets nina

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  6. EL MOLINO
    Antonio Fernández Grilo
    Sigue el agua su camino,
    Y al pasar por la arboleda
    Mueve impaciente la rueda
    Del solitario molino.
    Cantan alegres
    Los molineros.
    Llevando el trigo
    De los graneros:
    Trémula el agua
    Lenta camina:
    Rueda la rueda,
    Brota la harina.
    ¡Y allá en el fondo
    Del caserío,
    Al par del hombre
    Trabaja el río!
    La campesina tarea
    Cesa con el sol poniente,
    ¡Y la luna solamente
    Guarda la paz de la aldea


    Hola, Alfonso!
    Es esta poesía, verdad? Yo la recordaba casi entera.
    Muchas gracias por aclararme cómo funcionaba todo el tema de la electricidad en Topares.
    Me imagino lo complicado que sería todo. Es verdad que nosotros hemos vivido todo el cambio. Pasemos de la vela a la bombilla.
    Bien, tampoco es así exactamente porque antes de nacer nosotros en Barcelona en el 1875 ya había tiendas, sobre todo farmacias, que particularmente a través de una dinamo se la producían ellos mismos.
    En este mismo año instalaron una dinamo en Barcelona que logró iluminar las Ramblas, la Boquería, el Castillo de Montjuic y parte de Gracia (no recuerdo si ya estaba anexionada a Barcelona o aun seguía siendo “La Villa de Gràcia”. A partir del año siguiente, se puede decir que comienza la electrificación industrial en España,
    En casa de mis padres había habido alumbrado con gas en el comedor, y el resto del piso con velas. En el barrio donde nací era el más industrial de Catalunya, y yo aun recuerdo que cada empresa tenía el alumbrado y la fuerza motriz como podía (restricciones de suministro por parte de las Compañías) Esto era en 1950/53 aproximadamente.
    Unos la potencia instalada era térmica. Otros (como todas las empresas del textil en el rio Llobregat, -aquí Balsareny igual- de esto seguro que lo recuerdas- utilizaba la energía hidráulica como fuerza motriz).
    En Barcelona aun recuerdo que cada barrio era un follón diferente. Sitios que la electricidad era generada en forma de corriente continua y no era posible su transporte a largas distancias. Otras como FECSA (Fuerzas Eléctricas de Catalunya, S A) ya distribuía una parte de la ciudad, y el resto Hidroeléctrica Catalana y Compañía Barcelonesa de Electricidad (creo que esta desapareció al formarse ENHER) Todas suministraban 125 volts en el alumbrado y 220 volts en la fuerza motriz. Cuando entro ENHER lo hizo con 220 volts alumbrado y 380 volts fuerza motriz. Posteriormente, durante los años de la guerra civil y los primeros años de la posguerra se produjo un estancamiento de la capacidad de producción. Además, la sequía de 1944-1945…Ostras! La pertinaz sequia!!!, como la nombraba Franco. Volvimos a los tiempos de un generador en cada empresa.

    Perdón por la extensión.

    Un abrazo y Feliz Año, Alfonso.


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    Respuestas
    1. Gracias Josep, tu comentario me dio pie a esta entrada, en la vida del pueblo, el molino, fue un centro importante, mientras funcionó, de ña vida diaria del pueblo.
      Felices fiestas y mejor año.
      Un abrazo

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  7. Muy linda historia la del Molino de Topares y la luz eléctrica.Debo decir que no conozco Topares (Naci en Velez Blanco y cuando tenia 3 años nos vinimos a Argentina.He ido varias veces y espero y deseo conocer Topares en la proxima visita (Coronavirus mediante.)

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