martes, 22 de septiembre de 2020

IMÁGENES DE LA IGLESIA DE TOPARES

Las imágenes que lucen actualmente en la iglesia de Topares no vienen desde muy lejos, sino que son relativamente recientes. Las mismas han sido donadas por personas del pueblo o relacionadas con el mismo y por iniciativas populares de grupos de topareños. Con mi exposición no pretendo elaborar ni destacar creencia religiosa alguna, solo poner de manifiesto un patrimonio, de más valor o menor, pero el que tenemos y que, gracias a Quite Serrano, a la que conocemos todos por Quite la de Fernando, con sus informaciones he podido recopilar estos datos.



Empezamos por la entrada a la derecha, en la zona donde antes se encontraba la pila bautismal. Se trata de la imagen del Padre Jesús, obra donada por Pedro Basilio del Gamonal.



A su lado tenemos un mural de gran tamaño. A mí de pequeño me daba bastante miedo, el fuego y esas figuras de sufrimiento no me gustaban nada y, ahora mismo, cuando entro a la iglesia y lo veo no me hace mucha gracia. Se trata del llamado, "Las Ánimas del Purgatorio" que fue adquirido por Aurora García.



Como seguimos recorriendo el templo hacia el altar mayor nos encontramos con la imagen de "La Purísima" que fue entregada por Cristóbal Gómez Serrano y que tiene la particularidad de que fue la primera imagen adquirida para embellecer el templo.


Prácticamente al lado tenemos el “Sagrado Corazón” una de las imágenes que la forma de adquirirla, para mí, la hace importante. Me cuentan que en esos finales años cuarenta e inicio de los cincuenta hay una gran unión entre todos los jóvenes del pueblo sin importar la condición de cada uno, ni su nivel económico. Si en la casa de mayor importancia del pueblo se hacía un baile, acudían al mismo, todos los jóvenes del pueblo y si se hacía en la casa más humildes igualmente acudían todos. En este contexto algunos jóvenes apuntan la idea de entre todos podían reunir dinero para comprar una imagen, cada uno puso lo que podía y, todos fueron iguales, desde el que puso, supongamos, dos reales, como el que puso cien pesetas, nadie se sintió más importante ni menos y entre todos compraron la imagen de este Sagrado Corazón, y como se diría fue la juventud.



A esta imagen le sigue la de nuestro patrón, San Isidro Labrador. Parece ser que en las diferentes iglesias fue una imagen de mucho éxito. Hace unos años publiqué unos artículos sobre fiestas y tradiciones en la que incluía una foto de San Isidro. Me comentaron un par de colegas que en sus pueblos había otras imágenes idénticas. En este caso el benefactor fue Fidel del Peritano.



Seguimos con otra imagen y quizás la de mayor valor artístico, la suavidad de sus colores y sus líneas te transmiten serenidad y te llenan de paz, es “La Anunciación”, que fue entregada por Encarnación Robles.



Así llegamos al altar presidido por una imagen del “Crucificado”, lástima que no brille en todo su esplendor sobre un fondo blanco, pero también es una talla destacable, la imagen fue donada por Aurora García.



Iniciamos, ahora en sentido descendente, el camino en el otro lado de la iglesia y nos encontramos con “La Dolorosa”, que en semana santa adquiría gran importancia en el vía crucis del viernes santo por la noche y que fue donada por Dolores del Gamonal.


Así llegamos a la figura de nuestra patrona “La Virgen de las Nieves”, que es la otra figura que se adquiere con una iniciativa popular interesante. Como sabéis en Topares siempre ha existido una gran tradición de comedias, una de las obras que se han montado más renombrada ha sido “Orgullo de Albacete”. Tal fue el éxito que se tuvieron que hacer varias representaciones de la misma en la porchá de Elías y con lo recaudado de esas representaciones fue con lo que se compró la imagen, para mí son iniciativas que hablan de la unión y la calidad de las gentes de Topares.


No sé si ya os ha surgido la pregunta de por qué se compraba una figura y no otra, a veces estaba en el nombre del santo o la santa, relacionados con el nombre de la persona que lo entregaba, así nos encontramos a San José que donó Josefa Robles.


Bueno llegamos ya al final de la iglesia que se trata de la entrada de la misma y aquí nos encontramos con San Pancracio, donada por unos primos de José M.ª de Eleuterio que eran conocidos por los Mancos de Alcantarilla y que provenían de Topares.


Esta figura es la de San Francisco donada por Filiberto Serrano.


Adentrándonos en la nave central del templo para encontrarnos con la Virgen de Fátima que fue donada por la familia Arias, en concreto Pascual Arias, para su compra tuvo mucha influencia María Eradia esposa de Pepe Arias, al traerla la depositaron en la Casa Guino. En el día de la Virgen, bien de mañana se hizo una procesión para traerla desde el cortijo hasta el templo de Topares y desde entonces en la víspera de su día se hacía una vigilia, al amanecer se oficiaba una misa y se rezaba el rosario por las calles del pueblo.


En esa nave central tenemos también a San Antón de gran importancia en Topares, con la fiesta de las carretillas, la procesión y las bendiciones a los animales. Como siempre a sus pies le acompaña el marranico, que el de verdad andaba suelto por el pueblo haciéndose notar por el ruido del cascabel que llevaba al cuello, entre todos los vecinos lo alimentaban y era rifado en las fiestas. Así algún año de una buena rifa y una buena recaudación para las ánimas en navidad con la cuadrilla, permitió que fuera la Hermandad de Ánimas la que adquiriera esta imagen.


Al hacer el recorrido por la iglesia se me olvidó una imagen, la de Santa María Toribia, esposa de San Isidro y que es uno de los pocos casos, en la iglesia, que se han beatificado a los dos miembros de un matrimonio. Esta imagen fue donada por Francisco Sánchez Gómez y Antonio Sánchez Moreno.

Hasta aquí esta pequeña aventura, solo decir que como con todo tenemos que cuidar aquello que poseemos, lo que nos identifica como topareños y lo que nos da sentido ante los demás. Gracias por vuestra atención





domingo, 23 de agosto de 2020

EL JUDAS

En tiempos pretéritos era frecuente que en casi todas las casas hubiese un arma de fuego y, no es difícil imaginar que no eran todo lo seguras que pueden ser hoy. 
La necesidad de la caza para la subsistencia. El miedo a los robos, sobre todo en los cortijos aislados y toda una serie de imprevistos etcéteras, propiciaba que fuera rara la casa en la que no había, al menos, una escopeta, en la mayoría de las veces de un solo cañón y gatillo fácil de disparar. 
También en las zonas en las que en un tiempo hubo dominación morisca, cuando llegaron los nuevos repobladores se les designaba como los primeros defensores de las tierras en la creencia que aquellos volverían a la conquista de las que habían sido expulsados. 
En unos y otros casos eran frecuentes en los pueblos que se hicieran ensayos de defensa con grandes alardes, que culminaban en las fiestas del patrón o patrona, desfilando al lado del mismo y con gran gasto de pólvora y disparos al aire. 
Todo va evolucionando y así en la primera mitad del siglo XX, en el sábado de gloria o domingo de resurrección se realizan estos alardes de pólvora disparando sus escopetas con diferentes motivos buscando la bendición de éstas que evitaran los accidentes a lo largo del año, que eran muchas veces mortales. 
Prueba de ello es la noticia aparecida en los medios de comunicación de la época. Hablamos de mayo de 1928 y Topares aparece en la prensa por un doloso accidente. Así aparecía la noticia el 22 de mayo de 1928 en el diario “La Independencia”: “El juzgado y la benemérita de este puesto se personaron en la aldea de Topares instruyendo las oportunas diligencias con motivo de la muerte de la niña de tres años, Resurrección García Pardo, ocurrida en el domicilio de sus padres, cuando la pequeña arrastraba una escopeta que todos creían descargada pero que se disparó causándole tan gran herida en la cabeza que falleció momentos después”. 




El suceso de la niña tal como aparece en la prensa del momento


En otro de los periódicos, en la misma fecha amplía un poco más la noticia con la siguiente aclaración: “… fueron detenidos su padre Celso García y su tío Avelino Pardo, que manifestaron que la hacían descargada”. Aclaro que la niña era hermana de Ambrosio y que los más mayores de pequeños habían oído del suceso. Sirva la información para comprobar que los accidentes fortuitos no eran raros en aquellos tiempos, quizás en sucesos como éste se fundamenta la frase que siempre hemos escuchado de que “las escopetas las carga el diablo”. Por eso en muchos de los pueblos, en Semana Santa, sobre todo en la misa del sábado de gloria, durante el canto o recitado del Gloria, se disparaba con las escopetas que así eran bendecidas para todo el año.

Imagen de una de las fiestas en que se le dispara al "Judas". Foto tomada de internet, se retirará a petición.

Aquí en Topares el ritual se hace con la llamada: “muerte del Judas”. Se hacía el domingo de resurrección, confeccionaban un muñeco con ropas viejas y lo rellenaban de papeles y bálago. Lo colgaban en la esquina de Pepa del Estanco, lo que hoy es la casa de Ricardo y María, atándolo a la casa que había enfrente o al árbol. Entonces desde las cuatro esquinas empezaban a dispararle a troche y moche, hasta que saciaban las ganas de disparar. El Judas quedaba más que medio destrozado y entraban en acción los muchachos que los descolgaban y lo arrastraban por las calles del pueblo formando gran algarabía. No es necesario decir que al final del muñeco quedaba solo el recuerdo. 
Con el tiempo se fue debilitando la costumbre y se dejó de hacer como en muchos de los lugares en que alguna vez se hizo. En muchas localidades se desplazaron estas costumbres con las escopetas a los fuegos artificiales cuando se cantaba el Gloria. 

Desde las cuatro esquinas se hacían los disparos y al final estaba colocado el Judas

Las tradiciones que hoy día nos aparecen como arcaicas y hasta primitivas se tienen que mirar y tratar con la discreción y comprensión que marca el paso del tiempo

jueves, 30 de julio de 2020

LA TIENDA DE DIONISIO

(No he podido encontrar fotos de la tienda, las que acompañan al escrito son de mi tienda y materiales de la misma)

El mostrador y estanterías, corresponderían a las telas, a la derecha, los cristales corresponderían
a un escaparate

Llegamos a unos momentos en que Topares, día a día, aparece como más vacío, hay menos personas en sus casas y vamos perdiendo todo aquello necesario para la vida diaria de un pueblo.

Estos días vivimos la desaparición de la tienda que nos ha acompañado a lo largo de muchos años, la escuela pende de un hilo y la desaparición de ambas cosas en una localidad nos conduce a la lenta desaparición de la misma.

Estos días, trabajando desde mi atalaya personal he recordado que no siempre ha sido así, más al sentir un ruido casi continuo que me llegaba desde la calle Mayor, personas de un lado para otro, vecinos que se encontraban en la misma y hasta alguna conversación madrugadora que te sacaban del sueño matinal.

Otrora la calle Mayor era la principal del pueblo, os cuento brevemente el sentido de mi casa. Mis abuelos, por parte de mi padre, tenían la tienda en la carrera de Baza, pero entonces aquellos negocios con aires de importancia debían estar en la calle Mayor, así se construyeron mi actual casa poniendo en la misma la tienda, que aún conservamos tal cual.

Diferentes cajones donde se colocaban aquello que se vendía a granel

Pero quiero hablaros de otra tienda, la tienda que fue mi referencia en mis primeros años y la adolescencia, la “tienda de Dionisio”. Era de aquellas que en los pueblos se llamaban “colmados” y también “de ultramarinos” y que en Topares era simplemente “LA TIENDA”. La intención era señalar que era un comercio donde había de todo, para todo lo que se necesitara, desde ropa y calzado hasta ferretería o alimentación, eran los grandes supermercados de entonces.

Entrabas por una puerta de madera y cristal a la sala. La parte del público y la propia tienda estaba separado por un mostrador de madera que rodeaba toda la habitación. Enfrente de lo que era la puerta el mostrador estaba interrumpido para poder acceder de una parte a otra, esa parte tenía como una puerta horizontal y otra vertical para poder hacerlo todo mostrador.

Tomando de partida esa parte del mostrador que se podía abrir, a la derecha, encima del mismo estaban las cajas de galletas, pues entonces casi todo era a granel, yo miraba especialmente las de coco. A la izquierda estaba la parte principal de atención al público, con el papel de estraza, la balanza, la caja registradora, el émbolo del aceite, las garrafas de arroba del vino…


Aparatos de las tiendas de otros tiempos. El café se vendía a granel, en
las casas no había molinillo para moler, había que molerlo en la tienda.
Doy fe de que aún funciona y de tanto en tanto lo utilizamos.
El dispensador de aceite, es un émbolo que accionando la palanca que lleva al lado,
hacia un lado succiona el aceite contenido en un recipiente, al darle al émbolo en sentido
contrario, expulsa el aceite al exterior

Era una tienda completa que, sin ser exacto, se venía a dividir en tres partes. A la derecha de la entrada, telas de todas clases e incluso alguna prenda de vestir. En casi todas las casas se cosía, además había al menos dos mujeres que ejercían de modistas. El ambiente de la tienda ocupaba mi tiempo en gran parte del día y disfrutaba viendo como cortaban la tela, todo recto y con solo empujar la tijera,

Toda la parte frontal del mostrador estaba dedicado a la alimentación, a la entrada al interior del mostrador las cajas de fruta, las patatas, las grandes mantas de tocino, en los cajones los garbanzos, las habichuelas, los cacahuetes…

A la izquierda de la entrada lo que se podía considerar la ferretería, tornillos, púas, útiles para el campo, las linternas, las pilas de la radio, alpargatas, resumiendo todo lo necesario para el desarrollo de la vida diaria del pueblo.

Dos lugares más específicos y reservados, en el frente un armario con sus puertas con cristales donde se guardaban perfumes y algunos alimentos más delicados como chocolates o bombones. A la entrada a la izquierda una vitrina de cristal donde se exponían los productos propios para regalar y cuando se quería exponer algo especial, de la tienda o del pueblo.

A la izquierda del armario de cristal estaba la entrada para la casa en la que había una habitación en que se guardaba también cosas de alimentación, normalmente productos más delicados y que no se vendían continuamente.

Ya entrando a la casa, a la derecha estaba la escalera, bien empinada, que nos conducía a la bodega donde se guardaba grano, patatas, fruta, vinos, todo aquellos factible de almacenar. También estaba donde se amasaba el pan, pues en la tienda aparte de todo también tenía panadería.

En la calle Mayor, enfrente de la tienda, en la casa de la Salud había otro almacén que olía a salazones y embutidos, especies y productos de limpieza…


Curiosidades de antaño. Cartilla de racionamiento que tenía cada familia y en ella
 estaba lo que podía comprar, según hubiera o no de alguna cosa.
Dos tubos de colorantes para tintar telas y vestidos. Cuando se producía un luto
 era frecuente tintar los vestidos de negro para el luto

A lo largo del día el movimiento en la misma era continuo y en las tardes del otoño e invierno, al oscurecer a veces, a la entrada a la derecha, en el mostrador de la ropa se formaban tertulias en las que se hablaba del tiempo, de toros, de fútbol y a veces se insinuaban conversaciones de política en las que se resaltaba lo bien que lo hacía el régimen, todo era perfecto. Dentro de ese ambiente se creó una especie de club de amigos del ajedrez y se hacían frecuentes partidas.

La tienda la llevaban mi tía Encarna y mi tío Dionisio, pero la realidad es que el peso de la misma recaía en mi tío Cecilio y en Paco del dependiente. También acudía, cuando no estaba en otras faenas Emilio García Serrano.

Entre mi padre y su hermana Encarna había algo especial, así la tienda y su casa era también como la mía. Me encantaba estar por allí y a veces me dejaban “despachar” como se decía entonces. Una de mis mayores ilusiones era trenzar el papel de estraza con garbanzos, cacahuetes con la perfección con la que ellos lo hacían, cuando salía medio bien era el niño más feliz del contorno. También hacer una cuenta en la caja registradora, aunque admiraba la facilidad con la que sumaban ellos grandes cuentas en los mismos papeles de estraza. Con todo eso, de tanto en tanto, sin abusar, me sentía en el derecho de abrir la caja de las galletas de coco y comerme una.

Piensos en aquellos tiempos y a pesar de que ahora disfrutemos de muchas cosas, los recuerdo como maravillosos, cualquier insignificante detalle, cualquier pequeña cosa nos llenaba de ilusión y nos hacía felices.


sábado, 11 de julio de 2020

LA CÁRCEL



Hace unos días me llamó mi madre a Almería, se acordó de que en Topares teníamos un lugar que llamábamos “la cárcel” y, quería contármelo por si yo no me acordaba.
Mis células evocadoras se pusieran en marcha buscando algún indicio en mi infancia y al momento me vinieron retazos que efectivamente había una habitación que llamábamos la cárcel, estaba en la parte trasera de la iglesia, enfrente de la puerta de cristal de la barbería de Julio de Fermín.

Calle en la que se encontraba la habitación que llamábamos la cárcel. A la derecha estaba la barbería de Julio el Barbero y en la pared de la izquierda una puerta por encima del suelo, pareciendo más una ventana cerrada que una puerta.

Se me fue montando en mi mente todos los recuerdos que me evocaban el nombre y así recordé que era un sitio misterioso y que nos daba cierto miedo, lo mirábamos con respeto y no nos era un lugar agradable. Pero en mi vena investigadora y amante de la historia de Topares, cuando me vine empecé a preguntar a los mayores y entonces encontré la explicación.

En esta pared se encontraba la portezuela que daba acceso a la cárcel. Ojos avispados y conocedores del asunto pueden intuir cierta mancha que puede señalar el lugar en que estaba la puerta, casi en la linea superior del zócalo de cemento.

En la dicha habitación, la Hermandad de Ánimas, guardaba un ataúd de madera, era para cuando moría un hermano que no podía costearse un féretro propio, se celebraba el funeral con éste, después a la hora de enterrarlo se liaba en una sábana o cualquier otra tela y la caja se devolvía a su lugar. Entre nosotros era “la caja del muerto”, en nuestras mentes de pequeños, cuando además algún mayor se encargaba de aumentar nuestro miedo y misterio, pues pensábamos que el muerto estaba dentro. Así el misterio por saber la verdad y el miedo que nos producía se alternaban y pasaba que queríamos verla y no, la mayoría de las veces pasábamos por la puerta de dicha habitación a paso ligero.
Cuando lo tengo todo no puedo evitar relacionar esta historia con unos recortes de prensa de un robo en el pueblo. Robo importante, pues lo encontré en tres periódicos de la época. Estamos en diciembre de 1920, hace casi cien años, la historia sale en los periódicos: “Crónica Meridional”, “Diario de Almería” y “La independencia”. Para vuestro conocimiento he escogido el texto de “Crónica Meridional”, pues me parece la más completa:
“Comunican de la villa de María que al cruzar por una calle de Topares el médico titular Don Ricardo Amigo García que iba a prestar asistencia facultativa fue sorprendido por dos individuos que desconocía, los que comenzaron a registrarle.
El señor Amigo para evitar que lo maltrataran entregó a los individuos 150 pesetas que llevaba en la cartera, desapareciendo aquellos en seguida, amenazándole de muerte si decía algo.
Cuando el atracado se vio libre de los dos individuos, denunció lo que le había ocurrido al alcalde y éste en el momento dispuso dar una batida, logrando feliz resultado, pues fueron detenidos los autores que resultaron ser los gitanos Pedro Morenilla Santiago y su hijo José Morenilla Cortés, naturales de Cehegín (Murcia). Se les ocupó la cantidad hurtada, que fue devuelta al médico de referencia.
Pero de los gitanos no hay que fiarse, como se demuestra que estando preparándose alojamiento hasta otro día, se escaparon aquellos un pudiendo dar alcance en un principio.
Pero la guardia civil comenzó a trabajar para buscar a los Morenilla, existiendo esperanzas de que pronto caerán en manos de la benemérita”.
No tardé ni un segundo en relacionar las dos crónicas, bien es verdad que no me asiste ningún argumento ni documento que certifique la relación entre ambos hechos, pero n o es difícil relacional que la habitación que preparaban de cárcel fuera ésta y que, del fracaso de la operación, la gente sacase guasa y le llamaran con ironía a dicha habitación la cárcel, quedándose con el nombre por mucho tiempo.
En la actualidad se encuentra tapada formando un falso sobre la sacristía.


La noticia tal como aparece en los tres diarios mencionados,
 Independiente. Diario de Almería y la Crónica Maridional.



sábado, 9 de mayo de 2020

FIESTAS DE SAN ISIDRO 2

Retomamos el hilo, estábamos que ya se habían celebrado las fiestas:

Quedamos en que ya se había celebrado la fiesta, con la correspondiente procesión

Pasadas éstas (las fiestas), el 25 de mayo de 1969 se celebra otra reunión para ver los resultados, los cuales arrojan un déficit de 377 pesetas, a pesar de ello en el acta se respira un aire de satisfacción, las fiestas han sido todo un éxito, han acudido gente de toda la comarca y esos días en los pueblos solo se hablará de los bonitas que han sido las fiestas de Topares. Prueba de su alegría es que entre los acuerdos tomados en la reunión está el de comprar una máquina de tiro al plato y hacer una nueva fiesta en la Virgen de Agosto, que incluya baile en el salón, tiro al plato y procesión. En la misma reunión se propuso y aprobó que si el señor cura lo veía bien se alquilara el salón los días festivos para sacar dineros para la hermandad, se haría mediante una puja en sobre cerrado siendo la cantidad mínima a poner de ciento veinticinco pesetas.
 El texto dice así:
“Hecha la liquidación de los gastos de festejos e ingresos de los mismos ha tenido que pagar la hermandad de ánimas trecientas setenta y siete pesetas”
“También se acordó entre todos los hermanos comprar una máquina de tiro al plato para tenerla aquí y también de hacer una fiesta el día de la Virgen, o sea el día 15 de agosto, con tiro al plato y bailes en el salón y procesión aquel día”
“También se acordó que si el Sr. Cura lo ve bien visto que se alquile todos los días festivos el salón, para hacer baile, se pone una subasta a sobre cerrado siendo lo mínimo ciento cincuenta pesetas…”


Reina y damas de honor del año 1970
El año 1970 vuelve a organizar las fiestas la hermandad para lo que crea una junta compuesta por D, Daniel Serrano Robles, D. Antonio Navarro Aliaga y D. Francisco León León y después de ver el éxito del año anterior el tesorero les entrega de primeras 10.000 pesetas de la época para su organización. El salón se alquilaría a Francisco Robles y Eleuterio Vázquez, acordando que en el pliego de condiciones se establecería el precio.






La última referencia dentro de la hermandad a la organización de las fiestas en el año 1971, en su reunión de 14 de marzo de 1971 se nombra la comisión de fiestas formada por Eleuterio Vázquez Sánchez, Telesforo López García, Juan Sánchez Moreno y Sergio Gómez Gómez. Sin que haya referencias posteriores ni a las mismas, ni de los resultados.
Así siguieron llenas de esplendor hasta finales de los años setenta. Después la falta de personal y el auge de las fiestas del verano hicieron que cada año perdieran un poco más de fuerza, sobre todo a nivel comarcal, también es verdad que por la proliferación de celebraciones en cada pueblo.


Estas imágenes de procesiones de las fiestas por esos años, no las tengo catalogadas en el tiempo, pero deben ser de una misma época de los años setenta.
Aunque este año no podamos expresar nuestra alegría en un gran abrazo, nunca dejemos de escapar una sonrisa acordándonos de nuestras fiestas patronales en honor de San Isidro Labrador.

martes, 5 de mayo de 2020

SAN ISIDRO 1


Ya estamos en el mes de mayo y con él llegan las fiestas de San Isidro, este año serán un poco especiales pues solo podremos soñarlas, disfrutarlas en nuestra imaginación, en nuestra ilusión. Bueno los que se encuentran en Topares podrán recrearse en esos campos tan verdes que se observan en las fotos que publicáis y pasearos un poco por sus caminos. ¡Vaya decepción! Ahora que el santo se luciría con la hermosura del campo no puede salir a la calle.



Carteles o prospectos, como se decía,  anunciando las  fiestas de los años cincuenta.

Las fiestas de San Isidro se han celebrado desde siempre en Topares. En tiempos más remotos con más esplendor. Se preparaban comedias, carreras de cintas, misas y procesiones multitudinarias. Después se fueron apagando, con la marcha de la gente se fue perdiendo ese esplendor hasta quedar, prácticamente, solo la procesión.

Como se ve los participantes eran bien
grandecitos
Las carreras de cintas estaban presentes en todas
las fiestas





















En los tiempos de los que hablo, la entrada del santo era apoteósica y la gente que se congregaba para la fiesta cuantiosa. La placeta de la puerta de la iglesia se ponía a tope de topareños y vecinos venido de los alrededores. 

Era tradición colocar un arco con verde en la punta de la carretera

Una hora o dos antes de la misa la placeta ya estaba repleta y recuerdo una vez, en que tendría sobre los ocho años que un cuarto de hora o media hora antes de la misa, cuando no cabía ni un alfiler en la puerta de la iglesia, a alguien se le escapó un cohete ratero. Se formó un revuelo de órdago, el cohete fue a explotar en la fachada de la Pepa del estanco, la casa de hoy de Ricardo y una vez pasado sin ningún herido fue motivo de risa y bromas.


Se trataba de tiempos en que en Topares vivían muchas más personas

Ya vamos por materia este pequeño preámbulo es para hablar del momento que los, como a veces se dice en el libro de actas de la hermandad, mayores contribuyentes del pueblo se proponen revitalizar las fiesta para darles el esplendor que se merecen.
Estamos en el año 1969 y la hermandad se propone montar unas fiestas patronales donde haya baile, tirada al plato y actividades que realcen el sentido agrícola del pueblo. Para facilitar la llegada de gente de fuera se decide hacerla en fin de semana, sábado y domingo y preparando el momento se decide comprar 300 sillas, ocho mesas y un sillón para que se siente el cura en el desarrollo de la misa.

Tres de los hermanos, de la hermandad, que estuvieron presentes en casi todas las comisiones organizadoras de esos años: Isidro Serrano, Antonio Navarro y Francisco León.

Pero veamos que nos dice el libro de actas de la Hermandad sobre las fiestas:

“Seguidamente se planteó en las condiciones que se iba a hacer la función y se eligió el jurado para elegir reina de las fiestas y por votación salió Antonio Navarro, Paco León, Isidro Serrano, Paco Hita, D. Daniel Serrano, Juan Sánchez y Vidal Motos”.


Para el final varias fototografías de la reina y sus dama de aquel, ya lejano, año de 1969. Facilmente podemos observar como había muchos más vecinos en nuestro pueblo.

Salvando los años, vemos que la comisión la formaban los más jóvenes del pueblo. Dejaban claro que era la hermandad de ánimas la que se constituía en comisión nombrando a cuatro señores para que la organizaran:

“… se nombraron cuatro señores para que lo hicieran en nombre de la Hermandad que fueron Isidro Serrano, Antonio Navarro, Paco León y D. Daniel Serrano. Y como la función la hace dicha hermandad se acordó que en los prospectos se pusiese como comisión de fiestas la hermandad”.


Yo intuyo que temiesen organizar ellos y que por el ayuntamiento se intentara tomar protagonismo, el caso es que dejaban muy claro que organizaba la hermandad de ánimas.





(Por el texto y la cantidad de fotografías he pensado que quedaría muy largo para publicarlo en una sola vez. Así que he decidido hacerlo en dos veces, ésta y dentro de unos días la segunda parte.)

sábado, 25 de abril de 2020

Historia de Topares


A las personas nos interesa conocer nuestra historia, en la serie de artículos que voy poniendo sobre Topares le toca hoy a las primeras veces que lo encontramos en la prensa nacional, a lo largo de esta serie nos encontraremos con curiosidades que nos resultarán al menos chocantes.
Antes de entrar en la prensa quiero mostraros algo que me ha llegado y es la aparición de Topares, creemos que por primera vez en un mapa nacional. Antes nos ponemos en antecedentes, en varias ocasiones Dietmar Roth y otros estudiosos nos enseñaban que en 1741 había 5 casas y 33 habitantes, ya en 1772 eran 20 casas para 75 vecinos y en 1787, el obispado crea la Ayuda de Parroquia de Topares para darle sentido a la iglesia que con sus aportaciones han erigido los vecinos.


Arriba a la derecha, un poco más abajo que la Puebla de don Fadrique, lo podemos encontrar.


Así os muestro el mapa en que aparece Topares del año 1799 de la Biblioteca virtual de Andalucía. Si no aparece ningún otro dato se puede considerar como el primer mapa en el que lo sitúan, claro sin la precisión y localización que pueden aportar hoy día.
Si tenemos el primer mapa del pueblo la primera referencia de Topares en la prensa que he encontrado es de 1811, en plena Guerra de la Independencia contra los franceses. La noticia aparece en la Gaceta de la Regencia el 24 de octubre de 1811, y dice así: “Nuestras guerrillas se han aproximado al Puerto de Lumbreras, donde apenas quedaban enemigos. Por la derecha el teniente coronel D. Bernardo Márquez se ha adelantado hasta cerca de la Puebla Don Fadrique y en TOPARES ha cogido a los enemigos 24 carros que llevaban para cargarlos de trigo ahuyentando a la escolta que los llevaba…”


Sobre la mitad, a la derecha tenemos donde se menciona a Topares


Al menos yo, no tenía ni idea de que en Topares hubieran tenido lugar escaramuzas en la referida guerra.
En otras entradas iré poniendo sucesivas curiosidades de la prensa como robos, obras y otras apreciaciones de la historia de Topares en la prensa escrita.

domingo, 12 de abril de 2020

LA SEMANA SANTA






Tres fotos de los diferentes grupos de unos ejercicios espirituales. No tienen que corresponder con las anécdotas que cuento de los mismos. Tampoco está claro que los fotografiados fueran todos los asistentes, los datos que poseo de los ejercicios de las fotografías son escasos por no decir nulos., sirvan solo como una muestra de que se hacían en el pueblo y de la gente que había.

Al llegar la Semana Santa, el párroco con la ayuda de la Hermandad de Ánimas traía a sacerdotes y frailes para la realización de ejercicios espirituales y charlas cuaresmales, además de ayuda para los actos propios de la semana santa. Estos ejercicios y charlas iban dirigidos a tres grupos. Jóvenes, mujeres y hombres.
Con los jóvenes yo me quedaba encandilado mirando el salón a través de los cristales, viéndolos jugar en los descansos a diferentes juegos como el pañuelo y soñando con el momento en que yo también pudiera participar de esos ejercicios y de esos juegos. Recuerdo la emoción de un día, se iban a comer a sus casas y cuando terminaban regresaban al patio que llamaríamos después del teleclub, pero antes de hacer nada. Entonces estaba el camino que llevaba al motor para la luz, y el desagüe al lado del muro del salón. En medio era un cerrillo de tierra acumulada de cuando habían levantado las sepulturas, era el cementerio antiguo del pueblo, para llevárselas al campo santo nuevo y allí tomaban el sol en espera de empezar la sesión de la tarde. Yo fui con alguno de mis tíos y estuve tomando el sol en el patio, ese rato fue suficiente para sentirme todo el día como mayor, qué poco necesita un niño para ser feliz.
De los ejercicios se contaban muchas historias. En los años 60 la iglesia vio la necesidad de proporcionar a las mujeres cristianas el conocimiento y los instrumentos suficientes para el control natural de la natalidad. Así en unos ejercicios les explicaron la técnica debida a un médico japonés llamada Ogino, basado en el control de los días fértiles. Entre que la base científica del método no era muy sostenible y que los cálculos no siempre se harían bien, el caso es que al año siguiente hubo un aumento de población significativo en el pueblo.
También en otro momento en los ejercicios de los hombres, los sacerdotes y frailes que venían sabían despertar en las personas los ideales cristianos y llevarlos a un estado de exaltación en el que se podían comprometer a todo. Así un año el oficiante de turno embaucó a todos los asistentes, hasta tenerlos dispuestos a lo que fuera con tal de ser buenos cristianos. Los ejercicios terminaban con un acto solemne en que todos pasaban por el altar y en una bandeja preparada depositaban, a la vez que decían una especie de juramento, un papel con una promesa solemne. En aquellos años, en el pueblo fuera del casino había poca cosa para el esparcimiento de los hombres, así la mayoría de los votos iban en el sentido de no salir por la noche al casino, de recogerse a una hora prudente y acciones por el estilo que comportaban estar más en las casas. Nuevamente después se vieron los resultados de tanto tiempo libre en la casa.
Todo esto ahora nos resultará extraño, pero en aquellos años eran tan pocas las cosas que alteraban la rutina diaria del pueblo, cualquier actividad que rompiera esa monotonía era vivida con entusiasmo y empeño.


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