martes, 6 de junio de 2017

Tormenta

Ya lo decían estas  pasadas mañanas los mayores: “Esta tarde puede que caiga una…”.
Ya lo advertían más convencidos la mañana del domingo, observando lo que mostraba el horizonte de la Jarosa, o lo que emergía por detrás del Cerro Gordo: “Esta tarde sí se puede liar una gorda...”.
Ya lo amenazó diez minutos antes del estruendo el sabio anciano, de cuando los ancianos eran el signo de la sabiduría: “Hay dos nubes encima que no me gustan nada, nada…”.


Así fue, antes de darnos cuenta los cielos se abrieron y se precipitaron sobre nosotros, caía agua y piedra con maldad.


Qué tendrá Topares, entre las actuaciones caprichosas de las nubes divinas, los que nos quieren mucho y las cobardes avionetas que parece que cuando nos hacen falta se esfuman, Topares siempre se queda a medio camino, aparece maldito en su lenta agonía. Otro año sin cosecha.


Menos mal que siempre nos deja una luz de esperanza, ese sol tras la montaña que nos dice que a pesar de todo siempre vendrá un día resplandeciente.

Las fotos son de Antonio Cruz, magníficas y oportunas, espero que ninguno de esos granizotes haya escogido tu cabeza para aterrizar.
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