Topares, amado, deseado,
imaginado, individualizado, disfrutado.
Ondulaciones que te acarician en
el calor de la mañana, como en la brisa de la noche.
Caminos abiertos al horizonte,
líneas rectas evidentes en las olas de los campos madurados por el sol y bañados,
de tanto en tanto, por el agua generosa de la lluvia.
Para así poder transitar de los
dorados estivales a los ocres y pardos colores invernales que nos permitan
renacer en los primaverales terciopelos llenos del verde esperanzador de la
vida.
Caminos que se diversifican hacia
todas partes y que en el regreso confluyen todos en una idea, nuestro anhelo:
Topares.
Topares, dueño de los sueños.
Dibujado en miles de evocaciones de multitud de corazones alejados. Y que
permanece siempre quedo, en la espera, aguardando la tornada, dispuesto a acogernos entre sus brazos y
darnos todo su candor
Con los ojos abiertos se ve difuso, distante, casi ausente pero -al cerrarlos- vuelven los colores, las sonrisas, las noches compartidas, la paz.
ResponderEliminarTopares cercano, amable, auténtico.
Besos para todos, Alfonso. :)
Gracias Sa Lluna. Tus palabras encierran todo un sentimiento y lo transmites preciso: cercano, amabke, auténtico.
ResponderEliminarMuchas veces pienso que como dice la canción De Lluis Llac: "El meu país es tan petit...", nuestros lugares pequeños nos llegan mucho más fuertes al interior. Por eso, vosotros, estáis también tan unidos a vuestra roqueta. Necesitáis sentirla cercana y llena de vida.
Bessets compartidos Paula.
Muy bonita esta visión que nos das de tu pueblo...La patria chica de cada uno siempre vive en nuestros sueños...
ResponderEliminarBeitos, Alfonso.
Gracias M. Roser. Parece que se cumple aquello de que en los tarros pequeños está la esencia.
EliminarUna abraçada