Un día del año 1965, el 7 de octubre, Topares vivió uno de los acontecimientos de su historia: la visita del gobernador civil de la provincia de Almería. Ahora os puede sonar un poco exagerado, pero en aquellos años de la dictadura, el gobernador civil era el poder máximo de la provincia, como decían: “representante directo del caudillo en Almería”. Autoridad máxima y, sin instituciones democráticas, estaban todos los podes subordinados al suyo, sin control alguno de sus actuaciones, así era el gran mandamás del territorio almeriense.
Imaginaros a nosotros, infantes, que íbamos a ver la llegada del mismo en coche oficial, los seat 1500 negros de la época, con escolta y todo. Igual que lo veíamos en el NODO con la llegada a algún sitio de cualquier jerifalte. La expectación era máxima y desde bastante antes el pueblo se preparaba para la ocasión, entonces a las autoridades se les tenía que mostrar que vivíamos felices y disfrutábamos de muchas cosas, la pobreza y las condiciones míseras no se podían mostrar y así había que enseñar un pueblo bonito y alegre, tal como sucedía en la película de Bienvenido mister Marshall, y no es descabellado pensar que en más de uno de los vecinos esta visita constituyera un particular mister Marshall
Si una visita así era un acontecimiento en cualquier municipio de la provincia, os podéis suponer que sería para una aldea perdida en la lejanía, la localidad más distante de la capital de la provincia y a la vez cercana a Murcia. Almería quedaba lejísimos, tenías que irte a María para coger el autobús, que salía a las cuatro o cinco de la mañana y llegabas a Almería a eso del mediodía, cuando prácticamente ya no podías resolver nada. La primera vez que fui a Almería fue por motivos de la mili y recuerdo irme con Emilio por la noche, sobre las doce, a eso de las cinco quedarme en Vera para llegar a Almería a media mañana, todo una odisea, y eso que ya habían transcurrido algunos años desde aquellos días. Así para los habitantes de Topares de antaño Almería era algo que quedaba muy a tras mano.
Apuntaba que con anterioridad se estuvo engalanando al pueblo en lo posible, en las escuelas los niños y niñas, separados claro, confeccionábamos banderitas nacionales para agitarlas al paso de la comitiva. Recuerdo ese día como muy soleado, a primeros de octubre todavía nos podemos encontrar con días calurosos, ni que decir tiene que todo el pueblo estaba presente, la ausencia de alguno se señalaría. Llegó a media mañana. Los infantes salimos de las escuelas, os recuerdo en la casa de la Virginia, perfectamente ordenados en fila y portando nuestras banderitas, nos colocaron a partir de la curva de la carretera hacia el pueblo y con la estricta consigna de a su paso agitar las banderitas y gritar ¡España!¡España!. En la loma de los pinos estaba colocado el encargado de avisar con cohetes de que se acercaban. La carretera de las Cañadas no estaba ni en el pensamiento y la llegada al pueblo era solamente por la Cuesta del Cebo y en la crónica aparecida en el periódico de “La voz de Almería”, aparecida el día siguiente, 8 de octubre, se reseña que un grupo de motoristas salió a recibirlo para acompañarlo hasta el pueblo, dándole escolta.El acto central se desarrolló en la explanada debajo de la tapia de la iglesia. Arriba en la puerta y pegado a la tapia se construyó un estrado para los discursos y la imposición de las condecoraciones. Los vecinos se colocaron en toda la plazoleta, entonces no había ni muros, ni árboles y al final, delante de la casa del médico y las escuelas, que todavía no estaban construidas pusieron todos los camiones del pueblo.
Aún pasando por el Ayuntamiento de Velez Blanco, el acto central de la visita se desarrolló aquí y supuso una deferencia para Topares que; lleno de satisfacción a los parroquianos. Así el periódico “La Voz de Almería” en su edición del 8 de octubre dedicó un extenso reportaje para comentar el desarrollo de la visita. Leyendo la crónica nos enteramos que la mentada autoridad era D. Luís Gutiérrez Egea, el alcalde de Velez Blanco D. Miguel Flores López, el pedáneo de Topares D. José Sánchez Muñoz, Pepe del molino, como era conocido entre nosotros, el cura D. Juan García Florencio y actuaban de maestros en el pueblo D. José Guillén y Dª. Antonia Mª Lorenzo García.
El periodista relata la importancia que adquiere la visita al tratarse de la primera vez que un gobernador visita Topares. Durante el recorrido inspecciona las obras de arreglo de la carretera, 15 kilómetros hasta la Cuesta del Cebo, siempre arreglaban desde Velez hacia aquí, nosotros demandábamos que fuera al revés. Los remiendos costaban millón y medio de pesetas de la época. Cuando se acercaba al pueblo es recibido por un grupo de motorista que lo acompañan hasta la localidad, donde les esperan los niños y niñas portando banderitas con los colores de la enseña nacional y con extraordinarias muestras de entusiasmo, vítores y aclamaciones.
A continuación el periódico describe el desarrollo del acto central que se inicia con un pregón que realiza D. Ángel Sánchez Muñoz, Ángel de Macian en el pueblo, está hecho en una especie de lenguaje huertano-panocho murciano y que el diario transcribe en su totalidad, dice Sigue el acto con una alocución del pedáneo de Topares, señala las obras que se están realizando, arreglo de la carretera y del abastecimiento del agua, construcción de las escuelas y agradece que se tomen interés en la instalación de un teléfono público y la construcción de la casa del médico.Después habla el alcalde de Velez Blanco, emplea un tono más político, acorde con las consignas de la época y destacando las condiciones de laboriosidad y honradez de los habitantes de Topares.
Antes de cerrar el acto, el gobernador impuso las distinciones, al alcalde y a un hombre de Velez, Eusebio Montalbán y a mi tío Dionisio, Isidro Martínez. En la alocución final señaló que se solucionaba el tema más importante, el de las escuelas, las actuales. Se inauguró la fuente de agua potable, el grifo que después se haría famoso con la película de José Mª Siles.
Terminado el acto se le dio un almuerzo en el salón, éste fue preparado por mujeres del pueblo y para la ocasión hicieron venir un cocinero de Velez Blanco que dirigió todos los preparativos y la comida fue a base de cordero como no podía ser menos estando en Topares.
En la distancia que establece el tiempo, aquella visita se puede considerar importante para el pueblo. Las autoridades provinciales descubren que Topares existe, que posee una gran riqueza en la agricultura y la ganadería, cuando en la provincia no se habían descubierto los plásticos y Almería era considerada sinónimo de pobreza. Hasta el momento la relación de los vecinos es prácticamente solo con Murcia, Almería se acababa en Velez Rubio, algún papeleo en el Ayuntamiento y el mercado de Velez Rubio, para todo lo demás el personal iba hacia Murcia. Tuvieron que pasar bastantes años para que: con la mejora de las comunicaciones, aunque para el asfaltado de la carretera, el agua potable en las casas, el teléfono, … todavía nos quedaba recorrer un largo camino, digo que con la mejora general de las comunicaciones, la creación de los hospitales comarcales, la adquisición de vehículos por una mayoría, etc. la comunicación con Almería se fue abriendo, claro la visita relatada fue en el 65 y estas mejoras se dieron ya entrados en la democracia, pero ahí están en nuestra historia. Ahora hay que pensar que en aquellos años grises, con una constante emigración, la visita del gobernador significó todo un evento para Topares.
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