Los primeros momentos, las primeras escapadas juntos, las Negras, Rialp. Alumbrados por ese sol que nos guía y nos llena de ilusión |
La felicidad, el inicio de una vida siempre juntos, compenetrados, dichosos |
En Fondón |
Los primeros momentos, las primeras escapadas juntos, las Negras, Rialp. Alumbrados por ese sol que nos guía y nos llena de ilusión |
La felicidad, el inicio de una vida siempre juntos, compenetrados, dichosos |
En Fondón |
¡Fiestas de Topares!¡Fiestas de verano!¡Qué alegría de
fiestas!
Topares ha vivido en los últimos años momentos muy duros,
situaciones que no quiero recordar, ahora solo tener presente estos instantes
de felicidad.
Participantes y desarrollo del sendero |
Ya en mayo, en san Isidro, se vieron indicios de la necesidad de participar de la alegría colectiva, todos juntos en un sentir común como topareños. Ahora en estas fiestas veraniegas ha sido como abrir una botella de cava, un estruendo de entusiasmo y alegría.
Todo preparado, esperando las migas |
Noche de migas El miguero |
Por ello quiero dar las gracias, primero por ser el elemento
más importante al pueblo en sí, a todos los topareños, por transmitir ese
ambiente de fraternidad, porque grandes y pequeños, de una familia u otra, de
toda condición, nos hemos unido para manifestar nuestra satisfacción, nuestro
orgullo de ser de Topares. Por hacerme sentir que todos éramos hermanos y que
cada día avanza más nuestra unión.
Gracias a los responsables de todo el montaje, por tanta
ilusión que han puesto para que cada instante fuera único, porque no se han doblegado
ante las adversidades y han demostrado que en Topares no necesitamos a ningún
creído de fuera. Gracias enormes y a seguir en la ilusión.
Imágenes de la procesión, todos juntos, todos celebrando la normalidad, cada uno expresando sus emociones, fueron momentos inolvidables, gracias. |
Deseo dar las gracias a la persona que vino a oficiar la misa
y la procesión. No participo de esas creencias, pero me congratulo cuando
alguien como el sacerdote demuestra lo fácil que es hacer feliz a las
personas y, sobre todo, a los mayores. Qué sencillo es transmitir afecto y
confianza, cómo respondemos cuando nos ofrecen sentimientos y esperanza.
Por último, infinitas gracias a la BANDA de MÚSICA MUNICIPAL DE
VÉLEZ BLANCO, con su actitud nos han confirmado que no tenemos nada que
ver con ellos, que somos Topares y topareños, sin necesidad de añadir ninguna
paternidad ni adjetivos.
Nos humillaréis cuantas veces la tiranía que ejercéis quiera,
nos despreciaréis, pero nunca nos subyugaréis, nunca conseguiréis que doblemos
la rodilla ante vosotros, nos llenamos de orgullo sabiendo que no os
necesitamos, Gracias BANDA, ¡de qué! Vuestro apelativo MUNICIPAL
y vuestra ACTITUD nos dice que no somos del mismo lugar. Espero
que dentro de cuatro años recordemos lo que significamos para vosotros.
Tengo que terminar con un enorme ¡¡¡VIVA TOPARES LIBRE!!!, libres de BANDAS y otras especies.
Para el final una explosión de alegría, de satisfacción al disfrutar de unas excelentes fiestas |
Fotografias tomadas de internet. Se retirarán a petición.
Topares en los años 30. La calle San Vicente. Observar como ya hay luz eléctrica |
Las faenas del verano. En la era transcurría gran parte del día |
Topares en el tiempo. Sus campos, sus referencias |
El recuerdo y la memoria parecen
cualidades inherentes a las personas. Los recuerdos te marcan la vida y la
memoria es una sima que de tanto en tanto se rebosa y entonces tu mente se ve
poseída de presencias.
Desde que nacemos nos vamos atiborrando
de esas nostalgias, algunas quedan almacenadas y tranquilas reposando en la inconsciencia.
Hay otras que adquieren una condición de imagen viva y las tenemos presentes a
cada instante, una muerte, una desgracia, cualquier accidente te puede condicionar
tanto que solo necesitas una pequeña señal para que se apodere de ti como si en
ese momento estuviera pasando la acción en concreto.
Nuestros recuerdos son seleccionados
con automatismos evidentes y nos marcan, sin saberlo, para la vida. Así huyo de
los perros, de las personas embriagadas, de todo lo que me transmita peligro de
lesión, de las peleas, de los valientes, de los atrevidos, de los descarados,
de los extrovertidos, de los entrometidos, de las preguntas… en cada uno de
esos casos hay recuerdos concretos que me han creado mecanismos naturales de
defensa.
Todo empieza en el pueblo, el
lugar a donde siempre regresas, donde nos protege la fuerza de la historia. Esa
fuerza no evita que siempre me atraiga lo nuevo, lo novedoso, nuevas relaciones,
conocencias, claro que siempre dentro de la dinámica de una aldea quizás porque
necesite la relación con personas de nombre y apellidos. Relación que, en mi
caso, se hace especial con los mayores.
Desde pequeño me atraían,
escuchando sus relatos buscaba su saber, gozaba de las experiencias que
transmitían, observaba su presencia, su comportamiento. Constituían un pozo de
sabiduría donde poder saciar mi sed cultural.
¿Y ahora que yo soy el mayor qué?
Pues sigo buscando a los mayores, pero también me emociono cuando percibo el
interés de los jóvenes por aquello que transmito.
No hace mucho enseñé mi casa de
Topares a unos amigos, entre ellos iba un niño de diez-once años. Su atención a
lo que iba explicando era total. Al acabar, con disimulo y timidez se me
acercó. Suavemente me dijo que le había encantado mi discurso y que de mayor le
gustaría hacerlo igual.
Me quedé maravillado de su
detalle y mi ser se llenó de satisfacción. Inmediatamente me di cuenta que me
había dicho aquello que a mí me hubiera gustado decirles a muchos mayores y que
no les dije por no saber o no haber estado a la altura del momento. A él
gracias, pues también fue una gran lección.
Topares ha sido, es, mi libertad
y sus mayores, en el tiempo, han sido mis maestros. Hoy día, yo, también me
gustaría serlo para los jóvenes actuales y que sepáis que solo es
agradecimiento infinito si en algún instante se me escapa un suspiro profundo y
de mi interior sale un Topares callado, emotivo y melancólico.
Hace unos días hacía referencia a la carta que los niños de
la escuela de Topares escribían a los alumnos de una escuela de Málaga, en
1932.
Don Miguel González, maestro de Málaga fue destinado a
Topares, allí había creado una escuela propia, al venirse puso al frente a
su hermano. Ahora, maestro partidario de la nueva escuela quería poner en
contacto los dos mundos. Los de Topares contarían sus vivencias propias del
campo y los de la ciudad las propias a los de aquí.
Alumnos de Don Miguel señalando en el mapa de Almería sus pueblos |
Detalle de la clase |
Alumnos de Topares fueron los de la edad de mi padre, que yo
sepa, Patrón, Ambrosio, José Mª de la Eufemia, Prudencio el albañil, Avelino,
Luís Martínez, su hermano Vicente, Laudencio, Dionisio, un hijo de la Germana,
Eutimio y otros que no he reconocido o ahora no me acuerdo.
La carta es una maravilla y leyéndola podemos imaginar la
vida del pueblo en los años de 1930. La escuela se encontraba en la carrera de
San Vicente, en la que ahora es la casa de Antonio y Feliciana.
Así empieza la carta, admiro el detalle con que está escrita, la caligrafía, el orden y la limpieza dela misma |
“Os vamos a escribir una carta y en
esta carta os contamos muchas cosas de aquí; pero como son muchísimas las cosas
que tenemos que decir y sería una carta muy larga, y os cansaría, hablaremos
hoy del pueblo para que sepáis primero de todo dónde vivimos y cómo es esto.”
Hay que resaltar donde está Topares, lo han colocado en un mapa de la provincia de Almería, en mis tiempos de escuela, yo no vi un mapa igual. Fue una escuela muy avanzada la de Don Miguel |
Así empiezan, he querido respetar todas las expresiones
suyas, la puntuación y toda la ortografía. Entramos ya en materia:
“Topares es una aldea del Ayuntamiento de Vélez Blanco. Vélez Blanco es del partido judicial de Vélez Rubio y este pueblo es uno de los más principales de la provincia de Almería. Esta aldea es pequeñita, pues en el pueblo vivimos unos 450 habitantes nada más. Para que conozcáis mejor nuestro pueblo pintamos aquí un dibujo que hicimos un día desde las afueras cuando estábamos dando la clase de dibujo.
Seguir la descripción mirando el dibujo y os darèis cuenta como están unidos el texto y el dibujo |
Es como si dijeran, vosotros de esto no sabéis nada, os lo
vamos a explicar como a niños pequeños, seguimos:
“El pueblo tiene una calle que se llama la calle Mayor y en la punta hay una plaza pequeña. Después hay otras calles como la Carrera de Baza, que es donde vive Don Miguel, y la calle de la escuela que se llama calle de San Vicente. Esta calle os la vamos a pintar tambien en la carta porque no tenemos más que copiarla de nuestro cuaderno de Dibujos. La ha dibujado un compañero que se llama Patrocinio Navarro y la dibujó un día que había nieve.
Aquí lo que más me atrae es cómo está resaltada la luz. Desde 1915 en el pueblo había luz eléctrica |
Ahora llega el campo:
“Esto está rodeado de sierras por
todas partes. Detrás del pueblo veréis asomar en el dibujo unos montes muy
altos. El mayor es el Cerro Gordo que tiene cerca de 2000 metros sobre el nivel
del mar. Vosotros quizás no seríais capaces de subir a todo lo alto, pero
nosotros hemos subido muchas veces ya y también nos hemos caido algunas veces.”
Llegamos a la agricultura:
“Aquí se cría trigo, cebada, avena y centeno. Como no hay agua para regar todo lo que se labra es de secano. Tambien os hemos hecho el dibujo de un segador porque vosotros ahí no habréis visto segar.
Los dibujos me encantan |
Pasamos a la descripción de la vegetación que nos rodea:
“Por aquí hay pocos árboles. En los montes hay pinos, como los que hemos dibujado para que los veais, y encinas.
Los árboles no abundaban |
Vamos a por las cuestiones del trabajo:
“En el monte se cría romero,
mariselva y otras clases de matas que dan esencias. Ahora es el tiempo de
cortarlas y la gente va al campo por ellas. La pagan la arroba de tallos a o’30
pts. Y con una bestia un hombre puede traer dos cargas y ganar un jornal de
cuatro o cinco pesetas. Estas plantas la destilan en un alambique muy grande y
sacan esencias que luego mandan al extranjero.”
Continuamos:
“También se hace carbón y se cortan troncos de pinos para hacer maderas y vigas. De los pinos se sacan, además, la resina. Otro día os copiaremos el ejercicio que hicimos después de una excursión con Don Miguel al monte donde están los pinos, para que veais cómo se saca la resina.”
Para terminar, se despiden así:
“Hasta la vuestra se despiden
cariñosamente los compañeros de Topares que os mandan un abrazo.”
Niños de la escuela, la foto es de 1930 o 1931, en el patio de la escuela |
Era pasión lo que tenían sus alumnos con él, cuando después
venía en el veranos todos pasaban por mi casa para saludarlo. Hace años hicimos
un reportaje sobre él en Revista Velezana, hablamos con el último de sus
alumnos vivo, entonces, Eutimio. En un momento, mi compañera Encarni Navarro,
para poner su nombre correctamente me dijo en forma de pregunta. Es Miguel
González, Eutimio muy serio inmediatamente la corrigió y le dijo: DON
MIGUEL.
Noventa años cumples. Desde la infancia tenías la cara de formalidad, desde pequeñas eras responsable de tus hermanos, y de todo lo que fuera necesario. Que suerte hemos tenido los que nos hemos criado bajo tu protección.
Joven te casaste y junto a papá creasteis una familia de amor y felicidad. A nosotros nunca nos llegó las posibles preocupaciones o tensiones. Disfrutábamos de un ambiente de encanto.
Tenía que buscarte una sonrisa. Pues también eras capaz de desarrollar alegría para ofrecérsela a los demás. Mirando que nadie tuviera motivo para considerarse desdichado. Queriendo que todo el dolor fuera para ti y que los que te rodeaban no sufrieran nada.
No podías parar, no puedes parar, siempre en la faena. Tienes 7 años cuando empiezas a hacerte cargo de tus hermanos. Después, en la casa, asumiendo todo el trabajo. Cuántas veces pienso en los años de Murcia, qué valentía, decisión, nada se te hacía grande. Por fuera todo era alegría y tu sola sufrías todos los problemas que surgían. Con tal de que nosotros no nos enterásemos, tú cargabas con todo. Con tu esfuerzo no nos faltaba de nada y así salimos adelante. Gracias.
Al final llegaron los nietos y te llenaste de felicidad. Siempre te han sobrado energías y ahora también estabas para todo lo que hiciera falta, dedicándote a ellos en cuerpo y alma. Ahora nos llena de ilusión ver como ellos te adoran.
Cada uno diferente pero los dos iguales para tí. Me encanta ver la complicidad con ellos, siempre ofreciéndoles aquello que desean, buscando su felicidad, queriendo a sus parejas, procurando que su estancia en Topares sea paradisiaca.
Hace poco has recibido uno de los regalos más ilusionantes, más deseados, un biznieto, Gonzalo. Tu cara lo expresa todo y parece que él queda maravillado de estar en tus brazos. Siento que con él has vuelto a nacer y conociéndote, dispuesta a empezar otros noventa años y nosotros dispuestos a disfrutarte.