John French Sloan. "South Beach Bathers" . Imagen cogida de Relatos Conjuntos |
Me llamo
Diego, soy estudiante de 4ª de la ESO en Vélez Rubio. Me encuentro en mi
habitación, sentado ante la mesa de estudio y delante de mí una reproducción de
un cuadro de un señor americano llamado John French Sloan, al que un día, no
tendría otra cosa que hacer, se le tuvo que ocurrir pintar un cuadro al que
tituló: “South Beach Bathers”, algo parecido a bañistas de las playas del sur.
Pero no os he contado que tenga que ver conmigo el citado señor.
Resulta,
que la señorita Alba, la profesora de lengua, se empeña que cada mes hagamos
una redacción, ella los llama relatos,
pero a mí no me engaña, mi padre dice que siempre ha sido una redacción. Hasta
ahora bien, pues a mí me agrada mucho escribir, encontrar las palabras,
revisarlas, pasarlas a limpio, me divierte todo el proceso de hacer la composición.
Lo que
ya no me gusta es como ella quiere que lo hagamos. Nos enseña la foto de alguna
cosa, un cuadro, un cacharro, un retrato y nosotros tenemos que escribir sobre
ello, tampoco me disgustaría si fueran de ahora, pero no, son de cuando los
coches andaban a pedales. Es que es muy rara.
Ya me
diréis que me importa a mí estos bañistas, bueno es un decir, por los trajes
parece que van a la iglesia. La muchacha exhibiendo su cuerpo, eso sí, tapada
hasta las cejas, pues si quieres que admiren tu figura, quítate la ropa y
enséñanos lo que escondes. Y la niña repipi, con el traje blanco y el
sombrerito y, qué hace en la playa la mujer que la acompaña, si parece que
están en el mes de enero. Pero déjate a estos y mira el señor que parece un
marinero o un indiano contando aventuras imaginadas.
Que
queréis que os diga, que no sé por dónde empezar, y tengo que hacer el texto,
pues si no lo hacemos se enfada, todo y que es muy dulce cuando te manda los
trabajos, pero cuando se enoja parece una leona. Es que es muy extravagante la
señorita. Bueno y este mes al menos hay personas, el mes pasado nos puso una
máquina de escribir, más vieja que la polilla, unas manos sobre las teclas y la
palabra Qwerty. ¡Anda ya! Y ahora inventa tú la historia. Tampoco es que sea
tan mayor, pero niño, parece como si hubiera existido en otra época. ¡Es que es
caprichosa!
Pero la
verdad es que a mí me gusta, aunque tenga sus locuras, siempre me pone cariñosas
notas a los trabajos y, lo mejor, nos
hace apreciar nuestra lengua. Claro que si fuera por mi padre no sería igual,
cuando me ve protestar porque no salen las palabras siempre me dice lo mismo:
“Tanto español, tanto español, todos tenían que estudiar en inglés, incluso en
chino, todos iguales, así nos entenderíamos y podíamos hacer más negocios”. A
mí me da risa escucharlo, pues después es muy bueno y se porta bien conmigo.
Y ahora
qué hago, le entrego la redacción a la señorita, si le he dicho que es muy rara
y todo, claro también que me gusta lo que hace, bueno como es domingo, hasta el
martes no la veo. Me lo pensare…
(Alfonsorobles, junio2014)
Hay, digo esto me suena...Y entonces recordé. Es la versión en castellano de tu relato...
ResponderEliminarNo te metas con la pobre profe, ella tiene que dar ideas, pues a veces algunos tienen la mente muy cerrada y alguien les tiene que dar un empujoncito...
Feliz tarde.
Gracias M. Roser por tu comentario. La verdad es que no quiero dejar ninguno de los dos blog, porque en el fondo son el mismo, aunque en diferentes lenguas, pues yo soy el mismo.
EliminarMuchas veces los alumnos no comprenden que solo tratamos de sacarles fuera lo mejor que tienen dentro. Nuestra satisfacción es que al final acaban disfrutando y valorando su propio progreso y esfuerzo.
Aferradetes
haha, la innocència preciosa dels nens. Jo li entregaria, segur que li posa un deu per la sinceritat i perquè està molt ben escrita :)
ResponderEliminarAl final no se molestó mucho, una buena nora si le dio, aunque sin llegar al diez. Pero le dijo que a mediados de julio le pondría otro ejercicio. Ya veremos cómo es.
EliminarGracias Sivia por tu presencia. Aferradetes